La cubierta del Palacio de Palenque estuvo pintada en color rojo, confirman restauradores
* El proyecto, apoyado por la Embajada de Estados
Unidos, permitió hallar policromía roja y un acceso prehispánico en la Casa D.
* Tras cuatro años de trabajo en campo, se han
consolidado cuatro edificios de élite que forman parte del recinto maya.
En 2018, un proyecto conducido por la Secretaría de
Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH), con apoyo de la Embajada de los Estados Unidos de América en
México, emprendió diversas acciones de conservación en el Palacio, una
edificación maya emblemática de la Zona Arqueológica de Palenque, Chiapas.
Transcurrido el cuatrienio estipulado por la
iniciativa, impulsada también por la Coordinación Nacional de Conservación del
Patrimonio Cultural (CNCPC) y el Centro INAH Chiapas, se ha logrado atender a
cuatro de las construcciones de élite que integran el Palacio: las denominadas
casas B, C, D y E.
Al intervenir integralmente cada edificio,
consolidándolos desde sus cubiertas hasta sus cimientos, las y los
restauradores, arqueólogos y colaboradores han registrado importantes
hallazgos; entre los más recientes está la detección de restos de policromía
roja original y de un antiguo acceso en la cubierta de la Casa D.
La importancia de estos descubrimientos es, en primera
instancia, la confirmación de que las cubiertas del Palacio estuvieron pintadas
de rojo, en tanto que el citado acceso lleva a los expertos a replantear los
usos dados antiguamente a las techumbres del mismo.
La codirectora del proyecto de Conservación
Arquitectónica y de los Acabados Decorativos del Palacio, Haydeé Orea Magaña,
junto con el arqueólogo Arnoldo González Cruz, indica que la ubicación del
fragmento de policromía –el cual mide un metro por 85 centímetros– fue en el
extremo norte de la Casa D, mientras se retiraba el cemento que le fue colocado
en una restauración previa.
“Aunque el arqueólogo Jorge Acosta no lo reportó en
sus informes, creemos que él debió descubrir el color cuando restauró el
Palacio entre los años sesenta y setenta, pues fue entonces cuando se colocó el
cemento que lo protegía”, refiere.
El rastro de pigmento rojo –producido a partir de
óxidos de hierro y de otros minerales– ha sido nuevamente cubierto, ahora con
capas de protección y enlucidos de cal y arena compatibles con su fábrica, a
fin de garantizar su permanencia a futuro.
“De haberlo dejado sin cubrir, el color se degradaría pronto.
Por ello, tomamos la decisión de taparlo y crear una marca que indica la
existencia del original, pero que no lo expone ni lo afecta”, explica la
también coordinadora de la Sección de Conservación del Centro INAH Chiapas.
La misma medida se tomó para el acceso descubierto, el
cual mide 75 por 45 centímetros y preserva tres escalones. Al recubrirlo, para
evitar que la humedad se filtre hacia el núcleo de la bóveda, también se
dejaron marcas pintadas al fresco que advierten su localización.
“Sabiendo que la Casa D colinda con la Gran Plaza de
Palenque y, por lo mismo, habría sido uno de los accesos principales al
Palacio, los arqueólogos piensan que su función fue controlar el ingreso
mediante un puesto de vigilancia o, incluso, se plantea que era usada para dar
mantenimiento a la cubierta en tiempos prehispánicos”, explica la especialista.
Además del retiro de materiales inadecuados y la
protección de la cubierta de la Casa D, con un impermeabilizado basado en cal y
arena, mediante el proyecto desarrollado en 2021, se consolidó el basamento del
edificio; también, se restauraron cinco relieves en estuco que se localizan en
sus pilares, los cuales miran a la plaza, además de dar limpieza general a su
pintura mural interna.
Asimismo, los especialistas volvieron a la Casa C para
limpiar y consolidar los relieves de un friso localizado al este de la
edificación.
Continúan
labores en el Palacio y en la tumba de Pakal
Con 33 metros de largo, 10 de ancho y 10.50 de altura,
la Casa D es uno de los espacios más extensos del Palacio, por ello, y dada la
meticulosidad de la restauración a cargo del INAH, la limpieza a detalle de sus
acabados interiores quedó inconclusa dentro del proyecto apoyado por la
embajada estadounidense.
Sin embargo, abunda Haydeé Orea, se busca que la
atención de tales faltantes, así como la intervención total de la Casa A, pueda
emprenderse mediante el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas
(Promeza), iniciativa creada por el Gobierno de México en el marco de las obras
del Tren Maya.
A través de dicho programa también se plantea que este año puedan iniciarse acciones de resane y consolidación en los relieves estucados de los “nueve señores de la noche” que rodean la cámara funeraria del gobernante K’inich Janaab’ Pakal, albergada en el Templo de las Inscripciones.
Con miras a esa intervención, concluye la
restauradora, se han hecho pruebas con más de 35 morteros de cal en distintos
niveles, a fin de seleccionar el material idóneo para intervenir los relieves.
Además, se renovaron los equipos que monitorean la humedad, la temperatura y
las emisiones de dióxido de carbono de cada uno de los muros de la tumba de
Pakal ‘el Grande’.
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