Mujeres, ya es tiempo de gobernar
La participación social y política de las mujeres es considerada, como una estrategia central en la construcción de la igualdad de género y en la profundización de la democracia.
Por lo tanto la mujer ha estado inmersa en grandes desafíos para ejercer y construir el ejercicio de la ciudadanía y su participación activa en los espacios culturales, económicos, sociales y políticos.
Sin embargo se siguen presentando distintos obstáculos. Entre ellos, las responsabilidades familiares, nivel educativo y formativo, falta de conocimientos del quehacer político y de la administración púbica, situación económica, desigualdad de género, legislación retrógrada, aunado al estigma social de un estado predominantemente machista y patriarcal, en el que se somete a la mujer y al control que ejerce la sociedad y la desconfianza política
Las mujeres le tienen cierto temor y no confían en la política, puesto que su participación es excluyente, no siempre se les toma en cuenta en la toma de decisiones, o en la mayoría de los casos una participación ciudadana y política limitada.
Actualmente son pocas las mujeres que han asumido el reto de ser postuladas para ocupar espacios de elección popular, de ellas un pequeño porcentaje ha logrado ser electa, siendo evidente una gran brecha en su labor política, puesto que son los hombres quienes asumen las decisiones dentro de las instituciones políticas a nivel local y nacional.
Cabe resaltar la falta de oportunidades que se le han brindado a las mujeres y el poco interés que la sociedad ejerce en el apoyo a las mismas, tomando en consideración que las propias mujeres no se apoyan e incluso algunas obstaculizan a otras de diversas formas, y si se suma que los hombres que están al frente de los partidos políticos sin dar mayor oportunidad a las mujeres, que en ciertos casos las consideran incapaces de gobernar o de tomar decisiones y que contribuyan al desarrollo integral de la sociedad en general. Esto como resultado de un aparato ideológico perverso y machista, el cual también se da entre mujeres lamentablemente por falta de sororidad.
Debe hacerse un llamado a la reflexión en donde adquieran mayor confianza en ellas mismas para promover e impulsar su participación en el ámbito político y por lo tanto buscar su desarrollo personal y realización en este y todas las esferas, tomar decisiones, para involucrarse en los distintos procesos y que sean partícipes de su propio desarrollo, dejando atrás los paradigmas que las envuelven en un contexto donde se les clasifica como grupo vulnerable y desprotegido.
La mujer puede asumir un papel que le permita desarrollarse en los distintos ámbitos, en donde ya no sea una más, sino “parte de”, en donde la mujer tenga la oportunidad de mejorar sus condiciones económicas, en donde tenga acceso a un trabajo digno y a capacitación permanente, que compartan responsabilidades familiares, que adquieran conciencia y que eleven sus niveles de autoestima y seguridad en sí mismas. Esto solo se logra a través de su participación real, protagónica e incidencia en espacios públicos o privados y tomando riesgos sin miedo y con determinación.
Es tiempo de reconocer y asumir que; el empoderamiento de las mujeres permitirá la participación social y económica, el ejercer de sus derechos políticos donde deben ser incluidas de acuerdo a la ley con las cuotas de participación política en lo electoral y ahora en la administración pública, considerando un cincuenta por ciento mujeres y cincuenta por ciento hombres, exigiendo la igualdad, generando su contribución en el campo de la política, dando a conocer sus capacidades y abriendo espacios de formación, diálogo, debate, concertación y aportación, con todos los derechos como ciudadanas sin el temor de ser reprimidas o bloqueadas por quienes están dispuestos a no permitirlo, o en su caso solo apoyar a quienes están dispuestas a ciertas negociaciones e intereses personales a favor de quien las impulsa y no en beneficio de la sociedad.
Es el tiempo preciso de tomar las riendas del poder y lograrlo con la ayuda de todas, siempre siendo la mayoría, las que votan, las que trabajan más con más roles, las que sacan adelante a sus hijos sin el apoyo de un hombre, las profesionistas, las que emprenden para tener autonomía financiera, las que aportan en la economía de sus familias, las que influyen en la vida de sus amigas, compañeras, las que toleran todo por necesidad en sus empleos, las que están al frente de sus grupos u organizaciones, las activistas sociales, las que quieren cambiar el mundo de sus hijos e hijas, todas juntas, es nuestro tiempo, es hoy o nunca, demostremos que también podemos gobernar con mayor conciencia, sensibilidad, sin excesos y distracciones vanas. Es tiempo de gobernar, basta de sumisiones y permitir actos machistas y misóginos.
Comentarios