Mucho se ha dicho y escrito sobre los hechos violentos que vivimos en nuestra entidad el pasado fin de semana; sin duda, nos da para un debate y reflexión profundo. Lo cierto es que algo está pasando en Tlaxcala y lamentablemente no es para bien.

El Congreso local es una caja de resonancia de lo que ocurre en el estado y también, desde ahí se hace gobierno, como ya lo dijo acertadamente en tribuna la diputada local del PRI, Blanca Águila Lima.

Así como ella, hay pocas voces que de manera abierta y pública se atreven a decir lo que piensan y lo que la ciudadanía percibe y siente, pues al final, parte de lo que tienen que hacer los diputados es eso, ser la voz del pueblo.

Hace unos días, la misma diputada aplaudió públicamente el trabajo de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros en el sector salud, sobre todo por su atinada decisión de designar como enlace con su sindicato a la Subsecretaria de la SESA, Celina Castañeda de la Lanza, pues el papel del titular de la Secretaría Rigoberto Zamudio Meneses, había dejado mucho que desear.

El martes pasado, la misma diputada que antes había aplaudido al gobierno del estado, esta vez arremetió contra las instancias encargadas de brindar seguridad, por su pobre papel que han hecho en el tema, sobre todo la Secretaría de Gobierno a cargo de Sergio González Hernández.

Ser oposición, no es estar en contra de todo y favor de nada, ser oposición es señalar las cosas buenas, pero también protestar de manera enérgica cuando la situación lo amerite y lo que está pasando en el estado, sin duda, lo amerita de manera urgente.