Vaya sorpresa la que se llevaron los diputados locales durante la comparecencia de la Secretaria de Turismo.  

Josefina Rodríguez no fue dócil como otros funcionarios que, ante los cuestionamientos de los legisladores, sencillamente se arrugaron.

Con toda franqueza, y con evidencia, le tapó la boca al perredista Juan Manuel Cambrón, que este miércoles no pudo pasarse de listo con su gastada estrategia de aturdir con montones de preguntas a la titular de la Secture.  

De entrada, aclaró la inversión estatal en la realización del video de Carlos Rivera “Te soñé, Tlaxcala”.  

También, lo relativo al supuesto plagio de la marca “Tlaxcala sí existe”.  

Y de paso, explicó por qué no incurre en conflicto de interés por el solo hecho de que sus familiares tienen negocios en el sector.

Se dijo orgullosa de sus apellidos, y también, empresaria. Pero el tono pareció incomodar a la diputada del PAC, Alejandra Ramírez, quien trató de darle a la funcionaria una lección de humildad que ni ella misma se creyó.

¿A poco no se siente orgullosa del apellido Ortiz, que le ha abierto las puertas en el ámbito político y académico?  

¿A poco va a negar que, antes que política, su familia es empresaria de la educación?

Lo más patético vino cuando quiso hablar del legado histórico y cultural de Tlaxcala, cuestionando que no se promocionen las zonas arqueológicas, y que se privilegie la promoción de desarrollos privados sobre los vestigios prehispánicos.  

Ojalá pronto nos comparta la diputada que, en vez de ir a Galerías Tlaxcala, se lanza a Cacaxtla o Tecoaque a apoyar la economía local y no la de los grandes capitales.