Es un hecho que a la líder del sindicato de trabajadores de la salud, Blanca Águila Lima le antecede no solo la razón sino no la ley, pues por más que traten de minar su imagen y deslegitimar su liderazgo en el sector salud, por donde se le vea, la asignación de las 184 y no 300 plazas como mañosamente se dio a conocer,  cumplen con todas las normas y estatutos vigentes al interior del gremio sindical. 

No hay programa federal ni estatal que exija que las plazas en el sector salud se den por antigüedad, mucho menos por compadrazgos o amiguísimo, cómo exigen los inconformes, estas, a lo largo de la gestión de Águila Lima se han otorgado siempre por méritos, perfiles y por supuesto por un tema de parentesco familiar, pues así lo establece un convenio firmado con el gobierno estatal en el año 2005, el cual sigue vigente.

Lo que no han medido aún en el equipo de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros es que a la también Diputada local la subieron en un ring que no se esperaba, pues no solo la están haciendo víctima, sino que lleva semanas en la agenda mediática estatal por el embate del aparato gubernamental y eso al final le está dando buenos bonos. 

Hoy en día,  sin siquiera buscarlo, Águila Lima cuenta con una promoción anticipada y es de las pocas voces y figuras en el estado que se pueden asumir como dignas opositoras al actual régimen político en Tlaxcala, con la ventaja de que su trabajo en el terreno político cuenta con argumentos y razones.