Vamos de mal en peor
La crisis de gobernabilidad en Tlaxcala no terminó con salida de Sergio González, quien de buenas primeras prefirió volver a la grilla que cumplir su encomienda.
Ahora, parece que la situación de inseguridad e inestabilidad se agudiza, con conflictos sociales y más actos delictivos.
Lo ocurrido en Zacatelco, donde un grupo de ciudadanos que exigía la construcción de un hospital fue desalojado violentamente por elementos de seguridad, con apoyo de gente ajena al municipio -que según trasciende son colombianos-, debe llamar la atención por la situación de vulnerabilidad del ejercicio de derechos elementales en la entidad.
Ahora resulta que los municipios han copiado la manera en que el Estado “atiende” a los manifestantes, echándoles la fuerza pública. Y el nuevo secretario de Gobierno, Luis Ramírez, ha hecho patente que el cambio sirvió para que todo vaya igual o peor.
Han pasado más de 30 días y no se ven cambios en a manera de responder a la inconformidad ciudadana, así como a la delincuencia organizada, que no ha tenido freno para cometer atracos violentos a viviendas y negocios en la propia capital.
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