No pasa nada…

No pasa nada…


El 05 de junio de 2009, se suscitó una de las peores tragedias durante el mandato de Felipe Calderón Hinojosa, vidas inocentes fueron las víctimas de la corrupción.

El modelo de seguridad social y su normatividad fue flexibilizado, a efecto de que las guarderías que por mandato constitucional debe proporcionar el IMSS para el cuidado de las niñas y niños, pudiera ser subrogado a los particulares; esto se llevó a cabo con el consentimiento de las autoridades en turno, sin importar poner en riesgo la vida de miles de bebés y de la niñez que requiere estos servicios.

La ciudad de Hermosillo Sonora, fue testigo de este lamentable suceso. Donde 49 inocentes perdieron la vida, y 106 resultaron heridos, entre los cinco meses y cinco años de edad. Todos fueron presa de este maldito lastre que corrompe al sistema político mexicano: la corrupción y la componenda.

Los “bisnes” es lo que importa, filosofía de la clase política, ya que derivado de la investigación se tuvo conocimiento que la Guardería ABC, había sido subrogada a una familiar de la entonces primera dama Margarita Zavala y sino pasa otra cosa, próxima diputada federal. Así las cosas, en el país donde no pasa nada.

A la fecha, tal y como sucede con la justicia mexicana, los enjuiciados han sido exonerados, y solo Juan Molinar Horcasitas en ese entonces, cuando se hizo esta flexibilización normativa era el Director del IMSS, se tuvo que ir al exilio político.

El 12 de julio de 2017, bajo el mandato del Presidente Peña Nieto, otra de esas relumbrantes obras que se cacarean con bombo y platillo, ponían al descubierto el grado de corrupción que existe en el proceso de licitación pública que impera en la administración pública.

El socavón del Paso Exprés de Cuernavaca Morelos, cobraba la vida de cuatro personas. Una obra que apenas tenía tres meses de ser inaugurada, y que por el material e infraestructura utilizada le daban un periodo de durabilidad de 40 años.

Las lluvias desatadas durante esa temporada, provocaron que un auto que circulaba sobre esa vía cayera en un socavón. La vida de padre e hijo que viajaban, terminó en desgracia, producto de lo mismo: la corrupción.

Una investigación de la CNDH, concluyó con la recomendación 34/2018, donde deduce que un esquema de posible corrupción durante la planeación, licitación, contratación y supervisión de la obra, y múltiples irregularidades culminaron con la pérdida de vidas humanas, así como las violaciones a derechos humanos.  Y si pregunta por los responsables, hasta hoy, el caso vive en el olvido y los causantes deben andar por ahí, quitados de la pena.

Negligencia, omisión o corrupción, en la semana que concluyó fuimos testigos de unos de los percances más lamentables en la historia reciente de la Ciudad de México.

Los rostros de la clase política de la 4t, lucían desencajados; lo que había sucedido en la estación del metro Olivos de la Línea 12, Línea Dorado o Línea Maldita, donde 26 personas han perecido, cerca de 37 más, hospitalizadas y otras 41 lesionadas dadas de alta, fueron y son víctimas del mismo lastre que en los dos sucesos anteriormente narrados.

La historia parece repetirse, los probables responsables por acción u omisión; Claudia Sheimbaum, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, se juegan su futuro político, unos con mayor peso que otro. Pero al final, parece que el discurso será el mismo que se realice la investigación y se finquen responsabilidades. Va, espero equivocarme, pero será la misma cantaleta de siempre, ningún responsable, y solo la presunción de que la corrupción es la responsable, pero los autores materiales e intelectuales seguirán encumbrándose políticamente.