Cañonazos el súper show

Cañonazos el súper show

Hace algunos ayeres la algarabía jarocha nos deleitaba con un grupo musical que se escuchaba en las radios gruperas del momento, al ritmo de “cañonazos, sonaron los cañonazos”; las multitudes se regocijaban entre el éxtasis de la música, la bebida y el entorno que hacia el momento digno de una felicidad pasajera.

Lo anterior, viene a colación estimados lectores, porque en los tiempos que vivimos nos aprestamos a deleitarnos con un show más de la farándula política, o en su caso a vivir en un verdadero estado de derecho donde la impartición de justicia se convierta en una realidad y el combate a la corrupción sea el punto de partida para detonar la ética en el servicio público, ya veremos cuál de estos dos caminos ha pactado la 4T y el extraditado Dr. Lozoya Austin; ahora convertido a soplón y cuya presencia ha puesto a temblar a la clase política mexicana.

El “Pacto por México”, fue el acuerdo político nacional firmado a finales del año 2012, suscrito por el ex Presidente Enrique Peña Nieto y los líderes de las principales fuerzas políticas: Jesús Zambrano Grijalva, Presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD); María Cristina Díaz Salazar, Presidenta del Comité Ejecutivo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y, Gustavo Madero Muñoz, Presidente del Partido de Acción Nacional (PAN).

Derivado de este pacto durante el año 2013 se negoció la denominada reforma energética. Hoy, sabemos por las investigaciones dadas a conocer que esta reforma fue como han sido muchos otros negocios de la política, un nicho de corrupción.

Por oficinas centrales de Pemex o, en algún lugar alterno de la colonia Anzures de la ciudad de México, desfilaban nuestros representantes populares; diputados federales y senadores del PRI, PAN, PRD, PVEM y algunos otros personajes que ahora se han camuflado con los colores de Morena. Como el desmarque en ipso facto del Gobernador del Estado de Puebla Miguel Barbosa Huerta; que, al salir a relucir su nombre, inmediatamente dijo; “Estoy limpio. Soy un político honesto”, ya que sabe que de esta no lo salva ni el mole de guajolote, y que la corrupción no es una enfermedad solo de ricos, contrario a su pensamiento de Covid 19.   

En esta algarabía de corruptelas políticas se sabe que los congresistas recibían cañonazos de uno a dos millones de pesos, en el caso de diputados, y de cuatro millones en el caso de senadores. Pero, como es el sapo es la pedrada, algunos cañonazos llegaron a oscilar hasta en siete millones, dependiendo del personaje y peso político a convencer, ya veremos los números exacto$.

 El Dr. Emilio Lozoya Austin, denominado “El Joven Maravilla”, cuando aún la suerte le sonreía, su estrella se apagó, y con la de él, la de muchos prominentes políticos que desfilaron frente a su persona para recibir sus cañonazos con tufo a pudrición política, les espera el mismo destino.

La década dorada de jóvenes promesa en la política se apestó, los Duarte, el de Veracruz y el de Chihuahua, vivieron la misma suerte. Roberto Borge Angulo de Quintana Roo, ya lleva dos años y nueve meses de su detención y deportación de Panamá, tras las rejas. Rodrigo Medina de la Cruz de Nuevo León, preso transitoriamente y puesto en libertad gracias a un amparo; pero sigue siendo investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera. 

Nombres como los de Mario Villanueva Madrid, de Quintana Roo; Andrés Granier, de Tabasco; Jesús Reyna, de Michoacán; Flavino Ríos, de Veracruz; o los panistas Guillermo Padrés de Sonora, o Luis Armando Reynoso de Aguascalientes; Fidel Herrera, de Veracruz, y Gabino Cué, de Oaxaca; Jorge Torres, y Humberto Moreira de Coahuila, así como Eugenio Hernández y Tomás Yarrington de Tamaulipas, todos estos personajes políticos y, a la postre gobernadores de sus respectivas entidades, fueron señalados de corrupción o de vínculos con el narcotráfico, nos dan un panorama del nivel de descomposición política que se vive en el Estado mexicano.

Ojalá que el tema de Lozoya Austin, no sólo sirva como cortina de humo para desviar la atención. Que la frase de: al “pueblo pan y circo”, no sea una estrategia echada a andar en estos momentos que México atraviesa una de las peores crisis sanitarias, económicas, de desempleo y de inseguridad pública. Y sea la punta del iceberg para acabar con este flagelo que ha lastimado por décadas al pueblo mexicano. La corrupción que al igual que Covid son mortales para el desarrollo de un país.

[1] Ex ombudsman tlaxcalteca y Presidente de la Academia Nacional del Derecho al Trabajo de la Asociación Nacional de Ex ombudsman, A. C.