Ni para donde moverse…
¡Qué
hacemos con México, o que hacemos con nuestra clase política!, pues parece que
nuestro destino, esta encarrilado a tener y mantener a una sarta de
oportunistas, vividores y timadores del poder público. Y no hay para donde
voltear, rojos, azules, amarillos, naranjas y morenos son iguales.
Estamos
ante la decadencia total en la forma de hacer política. Un lastre que
arrastramos, y que pensamos que después de la revolución mexicana, que se
coronó con la expedición de la Constitución Política del 5 de febrero de 1917,
estaríamos entrando en otra dimensión social, donde la igualdad y el
abatimiento de la pobreza iban a ser poco a poco cosa del pasado. Pues nada de
eso ha sucedido.
Un
lastre de partido por más de setenta años y todas las corruptelas que ya conocemos,
y no pasó nada. Doce años gobernados por
un grupo de yuppies, que sumieron al país en la peor encrucijada en materia de
inseguridad pública y que a la fecha sigue siendo el principal azote de las
familias, y seguimos igual.
Hoy
nos tocó ver el arribo, de un presidente el más votado en toda la historia
contemporánea, con una fuerte carga de esperanza, y parece que está poco a poco
se diluye. Pues el mensaje parece indicarnos que se trata de la misma cochinada
de siempre, y no se espere más.
Setenta
años y más de corrupción, de despendio, de casa blanca, de guerra sucia, de
jóvenes convertidos en políticos y que hoy la mayoría está presa o vive a salto
de mata, porque esa oportunidad historia la dilapidaron al verse en las mieles
del poder y enloquecieron.
Doce
años gobernados por una derecha, que lo mismo le da plantarse todos los
domingos a expiar sus culpas ante un altar, pero que para gobernar son todo un
fiasco. Están contra el aborto y los matrimonios igualitarios en el discurso,
pero no predican con el ejemplo.
Sumieron
a este país en la peor inseguridad del que se haya tenido conocimiento en la
historia. Los amigos de Fox, el tráfico de influencias de los
Sahagún, Oceanografía y Pemex, el toallagate
etc.
Calderón
y su legado. Dejando a un país en llamas, con su exsecretario de Seguridad
Pública preso en EEUU, acusado de vínculos con el narcotráfico, estas y otras
atrocidades son muestra clara del porque hoy la oposición luce extraviada.
Lo
peor es que ahora, en el gobierno de la esperanza de México, parecer ser la
misma cantaleta, el hijo señalado por actos indebidos que pueden constituir
actos de corrupción, la inmoralidad en pleno apogeo.
El
país sigue sumido en la inseguridad, ante un gobierno ineficaz e ineficiente,
alimentado la sublevación y la violencia social, estudiantes con aptitudes
terroristas secuestrando un tráiler y lanzándolo como misil para crear pánico
ante un gobierno complaciente.
Y
así, podemos enumerar una larga lista de atrocidades que parece no tener fin.
Lo peor es que no hay clase política que se salve de que ha hecho mejor las
cosas, todos están igual o peor. Lo lamentable es que la sociedad mexicana
tenga que seguir soportando esta sarta de ¡…!
ocurrencias.
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