La noche triste…
México es un espejo de contrastes. La sociedad vive su propio concepto de democracia, lo mismo premia que castiga. No ve proyectos de largo alcance, los gobernantes han hecho que la sociedad sea áspera al poder político. La política al estilo mexicano huele a corrupción, parece ser la lógica de la gran mayoría de los que habitamos este país.
Tan es así, que, de acuerdo al estudio sobre percepción de la confianza en las instituciones, los partidos políticos gozan del peor descredito al obtener el mayor índice de señalamientos como instituciones corruptas con un 76.15% según el último estudio de este año 2020. Seguido de la policía de tránsito, las cárceles, los ministerios públicos, la policía federal, las autoridades electorales, PEMEX, la SCJN y bueno hasta ahí le paramos.
Lo anterior, viene a colación, porque sin duda las fuerzas armadas históricamente son emblema de patriotismo, lealtad y compromiso con el pueblo de México. El mismo estudio sobre percepción de la corrupción nos dice que solo un núcleo muy reducido de la población cerca del 25. 15% considera que el Ejército es corrupto, incluso, la recién creada Guardia Nacional al ser considerada una filial de éste, goza de una buena reputación, al obtener un 24. 82%, en tanto, la Marina se encuentra con 18.93%. En el ranking se puede concluir que ocupan los primeros lugares como instituciones sanas y libres de corrupción.
Por ello, la incredulidad de varios. La semana que terminó, para sorpresa de las fuerzas castrenses, el máximo jerarca en el sexenio del expresidente Peña Nieto, fue detenido por la justicia estadounidense, donde se le acusa de vínculos y dar protección a la delincuencia organizada dedicada al narcotráfico a su paso al frente de la milicia.
Así, la noche del jueves 15 de octubre, fue una etapa triste para una de las instituciones más emblemáticas del Estado mexicano. El golpe asestado al General tras su arresto, hirieron la moral de la SEDENA. Aún se debe esperar a que las acusaciones que pesan sobre éste mando sean comprobadas por la justicia norteamericana. La presunción de inocencia y el debido proceso son parámetros que obligan a la cautela.
Sin embargo, el arresto nos muestra una vez más la escalada que ha tenido ese cáncer social llamado corrupción en las instituciones mexicanas. Y nos hablan de la fragilidad de nuestro sistema de investigación y procuración de justicia.
El FBI o la DEA, las principales agencias de espionaje y servicios de inteligencia de los Estados Unidos, nos demuestran que nuestros servicios en esta materia no han funcionado. Hay que recordar que el otrora poderoso policía en el sexenio del expresidente Felipe Calderón, Genaro García Luna fue puesto tras las rejas, por las investigaciones que realizan estas corporaciones.
Pese al discurso de combate a la corrupción cacareado en la actualidad, los golpes más certeros han sido del vecino país del norte. Aquí los que se han dado sólo muestran los compromisos y manejo político para sacarle raja electoral, no para hacer justicia.
Así, la detención del General y de García Luna, es un ejemplo del nivel de pudrición de los anteriores sexenios. Pero lo más irónico que cada quien vive su propia noche triste. Y la 4T, este domingo debe ir a descansar y reflexionar que nadie es invencible electoralmente. Y que el pueblo noble y sabio sabe castigar donde más le duele, en las urnas.
Sea cual sea el resultado, esta jornada debe servir para recapacitar que el electorado votó por un cambio en su momento, no para hacer de este país un circo político y de ocurrencias. Recuerden que el dinosaurio simplemente duerme, pero no está muerto. Digo yo.
Así que, aquellos políticos y políticas en nuestro Estado, que ya se sienten seguros de arribar a un puesto en este 2021, lo mejor es que piensen en una verdadera estrategia y plan de gobierno y, no sólo posar para la foto y sacar la mejor sonrisa, piensan les va dar los resultados que en su momento les hizo arribar a las mieles del poder. El elector se cansa de las mismas promesas y practicas mezquinas que cada trienio o sexenio salen a relucir. Porque hay partidos fuertes económicamente hablando, pero no hay políticos profesionales que se hayan preocupado por prepararse para luchar por un verdadero cambio; no utilizando la misma estrategia de ir regalando despensas o dando apoyos sociales con fines electorales. Eso no sirve para un verdadero desarrollo democrático, a la persona hay que empoderarla y hacerla sujeta de derechos, no de conformismo, ni de soborno electoral.
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