Lo bueno y lo malo…
Como era de esperarse el primer debate entre las
candidatas y el candidato a la gubernatura del Estado de Tlaxcala, donde a
final todos resultaron ganadores a decir de sus respectivos seguidores, como si
se tratará de una pelea de box o de lucha libre, era natural, pensar otra cosa
sería ilógico.
El pos debate ahora resulta crucial para tratar
de enmendar los errores o de apuntalar aquellos temas donde el manejo del o las
aspirantes fue aceptable.
Un acto de este calado debe ser un espacio para
la confrontación de ideas, obviamente sustentadas en cifras o datos, y en
estudios que te aporta la ciencia para sustentar sus opiniones o ideas.
Después del análisis y evaluación a la que serán
sometidos los participantes en sus respectivos bunkers, sus estrategas en corto
le enmendarán la plana a cada una y al candidato. Esperando que en el segundo
espacio que se dará el próximo 16 de mayo lleguen en mejores condiciones.
El escenario electoral después de este ejercicio
dudo que cambie. Hay dos proyectos que hasta ahora puntean en las encuestas;
Anabel y Lorena o Lorena y Anabel. Los aciertos o trastabilles que hayan
cometido, no dan para que cambie el tablero o se mueva a favor de alguna.
Lo que hoy queda, es la estrategia a ras de
piso, el de los amarres y los acuerdos con los grupos en descontento, el del
convencimiento y de propuestas más viables, ya veremos. La fórmula para ganar,
es muy simple; sumar y sumar, quien vaya restando va directo al fracaso. Así de
sencillo.
Lo bueno del debate es que por fin la justicia paritaria
llegó a Tlaxcala para quedarse. Seis mujeres que lucían sus mejores atuendos,
cada una acorde con su propia personalidad fueron las primeras en acortar esta
brecha histórica de la desigualdad entre hombres y mujeres. Seis atriles que
hoy abrieron sus micrófonos a esta ola de la igualdad de género.
Puedo decir que el principio constitucional de
la paridad hoy, dio sus primeros frutos. Micrófonos y foros que eran un espacio
para los hombres, hoy todo eso cambio.
Un varón fue testigo de este suceso y este hecho por sí mismo es
histórico.
Otro dato para comentar es que el cambio
generacional en la política está en camino. Las seis candidatas y el candidato,
cuyas edades oscilan entre los 38, 40, 43, 52, 56 y 59, nos marcan la pauta.
Personas cuyas edades están en la etapa adulta, de acuerdo a la clasificación
de la OMS, son otro indicador de que el dinosaurio en política está en peligro
de extinción. Aún hay muchos, pero se tuvieron que conformar en ser simples
espectadores, pues el relevo generacional está siendo una realidad.
Lo malo. La falta de contundencia en el conocimiento y
preparación adecuada para manejar los temas que fueron sometidos a debate:
salud y seguridad pública.
El otorgamiento vía ley de toallas femeninas, o
el robo de llantas de camionetas en la capital, hasta elevar a 500 pesos el
salario en Tlaxcala, fueron algunas de las propuestas y cuestionamientos que se
plantearon; la última suena padre, la cuestión es que, eso depende de los
estudios que en su momento realiza la Comisión Nacional de Salarios Mínimos y
de factores micro y macro económicos que se regulan en base a indicadores de la
inflación y de la canasta básica que se obtienen de Acuerdo al Índice Nacional
de Precios, pero como propuesta sonó interesante, el problema es su viabilidad.
De las candidatas y el candidato más jóvenes, se
esperaban fueran más aguerridos y de una avidez intelectual para cuestionar a
las punteras, no fue el caso, lucieron tímidos. Salvo el chispazo del varón que
trató de arremeter contra ellas, quienes lucieron dalay, dalay. Cada una a su estilo bajó el balón y lo patearon a
zona neutral para evitar caer en la confrontación.
Las pocas descalificaciones y señalamientos,
fueron armas que no causaron ningún raspón que lamentar en los respectivos
equipos de campaña, pues ninguna se veía sustentado en pruebas que las
convirtiera en dardos envenenados.
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