Paridad de género y debate
Estimados lectores, en la semana que concluyó se puso en la mesa del debate en el Congreso de Tlaxcala, el tema de la paridad de género, a efecto de que las féminas de forma consecutiva en este próximo proceso electoral de 2021 ocupasen la primera lista de las diputaciones plurinominales en el sistema político local.
A través de un paquete de reformas a siete leyes, donde se regula la forma de combatir la violencia política contra la mujer, que suena muy loable, y a través de una fórmula legal muy simple en un transitorio, se disponía que: “… las listas de candidaturas a diputaciones locales, por el principio de representación proporcional, iniciarán por fórmulas integradas por el género femenino”.
Recordemos que el pasado 06 de junio de 2019, el Congreso de la Unión avaló una serie de enmiendas a los artículos 2, 4, 35, 41, 52, 52, 56, 94, y 115, a efecto de cristalizar el principio constitucional de paridad de género en todos los espacios del andamiaje institucional del estado mexicano, las instancias y poderes públicos de los tres órdenes de gobierno deben estar conformados de forma paritaria entre mujeres y hombres.
Este tema que tiene que ver directamente con la forma de ir consolidando lo que teóricamente se denomina democracia genérica no llegó a buen puerto, aquí en el Estado de Tlaxcala. En sobremesa con la familia, mis tres hijas y esposa, charlábamos sobre este asunto. Debo confesar que sus planteamientos avezados me hicieron llegar a las siguientes conclusiones:
El discurso. El discurso en relación con la igualdad de género es muy rentable políticamente en estos tiempos de aires democráticos; pero sólo es eso un discurso que se disipa a la hora de materializarlo. Ya que varias mujeres que han arribado a puesto de dirección en los espacios públicos, han sido objeto de discriminación por el modelo machista que impera en la sociedad, pero aún más por sus propias compañeras de género, la falta de sororidad es una constante en la que se debe trabajar y, para ello sólo se requiere cultura y conciencia, no de clase sino de género. El ejemplo es claro, fueron las mismas mujeres diputadas las que en estos momentos cruciales se hicieron daño y echaron abajo la reforma.
El olvido de los otros. Me decían en familia y por qué no establecer que esas listas fueran encabezadas por personas de la comunidad LGBBBTIQ, por personas con discapacidad o de la tercera edad o por jóvenes; ellos necesitan ser reconocidos a través de estas fórmulas electorales para ir consolidando una verdadera democracia igualitaria.
Un falso debate. El tema de que las diputaciones plurinominales sean encabezadas por mujeres no garantiza ningún beneficio tangible para la sociedad. Esta legislatura que está en funciones recordemos que fue construida paritariamente, sin embargo, han sido más conocidos (hombre y mujeres) por sus escándalos que por su eficiencia y eficacia legislativa; la mayoría de sus leyes o decretos han sido vetados por legislar al vapor, cometiendo errores garrafales, inconstitucionalidades, contradicciones e invasión de esferas de competencias.
La profesionalización. Si se quiere garantizar una verdadera igualdad, lo que se tenía que poner en la mesa del debate es la profesionalización y especialización de la política, con esto no es necesario que un representante popular posea un grado académico, pero si un grado de sensatez por dejarse ayudar a hacer bien las cosas. Recordemos también que en esta legislatura algunas diputadas han sido acusadas de presentar iniciativas llenas de plagios, otras sin sustento jurídico como el intento de prohibir los tatuajes en menores de edad, lo cual vulnera los derechos humanos; o por declarar “todo” patrimonio inmaterial de la humanidad, temas que solo sirven para llenar su orden del día y salir de paso de sus sesiones sin transcendencia alguna.
Les recordamos que hay muchos temas de largo alcance para la sociedad, como la revisión exhaustiva al marco jurídico local del sistema estatal anticorrupción, la democratización y transparencia en la designación de magistrados y titulares de organismos públicos autónomos, la efectiva tutela de los derechos de la comunidad LGBTTTIQ y de otros sectores considerados vulnerables. Y así la lista es larga; pero para qué les seguimos enumerando temas de gran calado, si su agenda legislativa tiene un rezago que no cumplirán.
La exhibición. Los dirigentes partidistas sacaron a relucir su lado misógino, objetando que tal disposición atentaba contra la vida interna de sus partidos. Muy pobre argumento, quizá era el momento de salir con un discurso para democratizar las listas de diputaciones plurinominales, a efecto de que éstas fueran designadas entre los candidatos que hubiesen perdido una elección, pero hubieren obtenido el mayor porcentaje de votación al interior de su instituto político. Con esto se acabaría el botín en que han convertido esta figura. Pues recordemos que sólo sirve para privilegiar a la élite partidista o familiar de un partido político, mismos que no representan a nadie.
Conclusión. Todos fuimos exhibidos, hombres y mujeres; lo que nos invita a repensar la política y la forma en que queremos que ésta se profesionalice y parece ilógico, pero que se democratice en la praxis. Sino seguiremos en las próximas legislaturas por el camino de las ocurrencias y las improvisaciones y eso sale caro para el desarrollo de un Estado.
[1] Ex ombudsman tlaxcalteca y Presidente de la Academia Nacional del Derecho al Trabajo de la Asociación Nacional de Ex ombudsman, A. C.
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