Violencia contra la mujer…

Violencia contra la mujer…


Este 25 de noviembre se conmemoró un año más del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, desde el año 2000 la ONU, decretó esta fecha para visibilizar el problema estructural de violencia y marginación en que viven millones de mujeres en el mundo.

Como es de esperarse, todos los funcionarios y servidores públicos del nivel que sean federal, estatal o municipal, del poder ejecutivo, legislativo, judicial u organismos públicos autónomos y ayuntamientos, aprovechan la fecha para acordarse que tienen un compromiso con este sector, que ha sido silenciado históricamente y sumergido en los espacios privados.

Es común ver como hacen y deshacen en eventos, conferencias, talleres, cursos etcétera, para tomarse la foto y portar su moñito naranja, aunque los índices de feminicidio, de mujeres golpeadas, ultrajadas, pobres y desposeídas en sus derechos cada día acrecienta los índices que en verdad debe alarmarnos, por ello en la actualidad existen 22 entidades federativas con alertas de género decretadas, para tratar de paliar este problema estructural. 

Este grado de marginación y violencia, tiene su origen desde la definición misma que se hizo del concepto matrimonio en las legislaciones civiles y que se enseñaban en las aulas universitarias, y que fueron producto de la importación del derecho romano, que lo definió como; … la unión de hombre y mujer en comunidad plena de vida y en comunicación del derecho divino y humano.

Aún más la legislación civil le acentuó que su finalidad era la perpetuación de la especia humana. Y así muchas generaciones crecimos recitando este dogma de dominación y discriminación hacia este sector.

El concepto mismo, discrimino a la mujer pues al ser una de las finalidades del matrimonio la procreación, a la mujer se le concebía como una simple fabrica útil para fecundación y crianza de los hijos. Y, por tanto, por mucho tiempo su lugar era el espacio privado, pues la familia nuclear o tradicional era su lugar donde debía estar.

Esta misma definición, discrimino a otro sector como lo es las personas que tienen una orientación sexual diversa a la heterosexual que es la orientación hegemónica.

En este meollo, la iglesia y los grupos conservadores han jugado un papel importante para hacer valer sus discursos de discriminación y violencia hacia este sector. Por ello su oposición a legislar sobre matrimonios igualitarios, o tocar el tema del aborto o sobre las técnicas de reproducción asistida que hoy en día forman parte de la agenda progresista en materia de derechos humanos.