Arrancan…

Arrancan…


De manera oficial este domingo de resurrección arrancaron las campañas para renovar quince gubernaturas en el país. Los cuartos de guerra han alistado la estrategia con la que pretenden alcanzar el triunfo. A partir de ahora no hay lugar para la improvisación. Quien cometa un error su destino será el fracaso.

Para ser hay que parecer, dice el dicho popular. Si quieres gobernar, lo sencillo es que luzcas como como un estadista, vamos como una mujer o un hombre de Estado. Con un discurso claro, convincente y viable, que lo mismo lo entienda el hombre del campo, de la fábrica, la ama de casa, pero también el profesionista, el empresario, el ejecutivo, etcétera.

Las candidatas y candidatos deben sustentar un proyecto de gobierno que arrope a los sectores de todos los extractos sociales. Sin discriminar o excluir; no importa si eres “chairo” o “fifí”. Con un discurso que no polarice, que no divida o confronte. De eso ya estamos hasta la… máxima capacidad de tolerancia. Y creo que ya no podemos soportar más ocurrencias o improvisaciones.

Queda claro que al presidente AMLO, su máximo interés es ganar la mayoría en la Cámara de Diputados, lo que le permitirá a la 4t consolidar las reformas necesarias para sacar adelante la mitad de su sexenio y su agenda política. Por lo cual, hoy vemos la confrontación que mantiene con el INE. A final, en este proceso electoral también se juega la legitimidad de las instituciones electorales, y ya veremos de que están hechos el INE y el TRIFE. 

Hasta ahora, el INE pretende consolidar la legalidad electoral, pese a las embestidas del gobierno. Pero el TRIFE más político que jurídico, parece no querer pelearse con el poder en turno, y ha decidido revocar las decisiones del árbitro electoral. Y esa ha sido una bola cantada en las recientes controversias electorales.

Ya conoceremos qué pasa con la cancelación de los 49 registros de candidatos de ese instituto político que le propinó el INE, el ojo esta puesto en Guerrero y Michoacán, donde la punta del iceberg es el caso Salgado Macedonio, cuya confirmación o revocación de su registro llevarán una fuerte carga simbólica sobre el ejercicio del poder y la posible sumisión de la autoridad electoral representado por el TRIFE. 

En el caso de Tlaxcala, tenemos seis candidatas y un candidato que aspiran a obtener el triunfo este 06 de junio. Su cometido de todos es loable. Sin embargo, las probabilidades nos indican que la batalla será entre dos: ¡Lorena y Anabel! o ¡Anabel y Lorena!

¿Pero como llegan a la recta final? La candidata de la coalición “Juntos Haremos Historia” -conformado por Morena, PVEM, PT, NA y PES-, y representado por Lorena Cuellar Cisneros, ha tenido que luchar contra sus propios demonios, su enemigo a vencer esta en casa.

El proceso interno de Morena, la ha sometido a un desgaste innecesario. Las famosas encuestas que han utilizado para elegir a sus aspirantes a un cargo popular, han sido un fiasco en sus resultados; muchos incrédulos que se formaron con la intención de que la suerte les sonriera políticamente y hacerse de una chamba por tres años, se llevaron un cerrón de puertas. 

Encuestas que nadie conoce, ni sabe la metodología de aplicación y mucho menos los resultados. Las cuales son publicadas y que después son desacreditadas o no reconocidas por sus mismos militantes. Sumergidas en la opacidad y en el desaseo. Han provocado el enojo y abandono de ese instituto político de varios suspirantes que al ver frustradas sus pretensiones decidieron partir en busca de nuevas alternativas.

La misma candidata se ha visto distante. Sin ánimo de conciliar y sobrada en su estrategia. Parece que su apuesta de triunfo está en los programas sociales, y en la politización de la vacuna que se le está suministrando a la población. Su inicio de campaña quiso tener el mensaje que le importa, la salud y por ello decidió comenzarla virtualmente. Para otros significó no dar la cara, para explicar el desaseo interno que vive el proceso de selección de los candidatos a los diversos cargos populares.

En tanto, la coalición “Unidos por Tlaxcala”, -conformado por PRI, PAN, PRD, PS y PAC-, y representado por Anabel Ávalos Zempoalteca, su primer cometido fue lograr una alianza de partidos que antes era inconcebible.

Convencer al panismo fue uno de los acuerdos que en teoría significó otórgales más dividendos, su peso a nivel nacional como la segunda fuerza política, por lo menos en la entidad no se ve reflejada. Incluso, hoy el PRD local, luce más organizado y fortalecido en sus recientes actos públicos.

El PAC y el clan de “los Ortiz” o el PS y su sempiterna líder Rosalía Peredo, -lobos de mar en las andanzas políticas-, sabían que este barco les significa el oxígeno que requieren para mantener el registro y en su caso ganar posiciones en el Congreso y hacerse de algunas presidencias municipales.

Con un discurso conciliador y de apertura, Anabel se apresta a dar la batalla. Con las encuestas en contra al inicio de su proyecto político. Poco a poco estas tendencias se van revirtiendo. Algunas la ubican en un ligero rezago otras en un virtual empate técnico con la candidata de la 4t. La contienda ahora luce cerrada. Y como lo dijo en su momento el exgobernador Álvarez Lima, la moneda está en el aire.