A un año…

A un año…


Ya hizo un año que más de treinta tres millones de estudiantes de los diversos niveles educativos en México, fueron enviados al confinamiento obligatorio que nos impuso Covid 19.

Un año que ha sido una verdadera pesadilla para la humanidad. Y en el caso de México, nos develó el nivel desastroso que tenemos en el sector salud. Un confinamiento que según las autoridades duraría un mes. Hoy, llevamos más de un año, donde la niñez y juventud ha tenido que sortear su futuro con clases virtuales a las que nadie estaba preparado; alumnos y maestros, han dejado ver sus debilidades.

No sabemos a ciencia cierta que tanto afectará su nivel educativo a esta generación debido al confinamiento, lo más lamentable es que no se ha hablado en la agenda pública que se hará para reparar o nivelar el aprendizaje en el alumnado.

Las consecuencias de este fenómeno se verán en un futuro no muy lejano. Recordar que la misma autoridad sanitaria minimizó los efectos de esta pandemia para el caso mexicano, sus pronósticos sobre el número de contagios y muertes fueron superados según las estimaciones originales.

El zar contra la pandemia en México López Gatell, cometió uno tras otro tropiezo en sus estimaciones y pronósticos sobre el número de defunciones por este virus. Al inicio la Secretaria de Salud, nos dijo que estas alcanzarían las quince mil. Después el zar las ajustó entre seis y ocho mil.  Para luego decir que el número máximo de decesos serian entre 30 a 35 mil. Un desastre ha sido el tratamiento respecto a este tema.

El zar, quien recientemente fue diagnosticado con Covid 19, vivió sus momentos estelares en cada uno de sus entrevistas que daba a los medios. El 2020 fue su año como funcionario estrella, pero a medida que sus comentarios y aseveraciones estuvieron rayando en lo errático su estrella se iba apagando. México se acerca a las doscientas mil muertes, esa es la verdadera realidad. Todos los pronósticos que daban las estimaciones estadísticas, simplemente ninguna acertó.

A la distancia de un año, parece que los efectos de Covid 19 se han olvidado, la agenda política hoy se centra en los próximos comicios que tenemos en puerta.

Y por qué no recordar también que el pasado 18 de marzo se cumplió el LXXXIII aniversario de la expropiación petrolera. Una fecha significativa para los mexicanos, y que este año se da en un marco donde se puede concluir que la componenda política seguirá siendo el sello distintivo y que el combate a la corrupción son puro discurso.

Como explicar que Carlos Romero Deschamps, uno de los personajes que simbolizan la corrupción en México, fue exhortado o más bien invitado por el Presidente AMLO a presentar su renuncia como trabajador activo de Pemex. Una renuncia voluntaria que huele más a exoneración sobre las denuncias penales que pesan por enriquecimiento ilícito, a su paso como líder sindical de esa paraestatal.

Lujos, extravagancias, suntuosidades y pestilencia a corrupción son el signo distintivo de este personaje, que varios esperaban verlo rindiendo cuentas ante la autoridad por el daño que le hizo a México. ¡No, no, no! Eso no pasará, esta lindura de persona gozará de una pensión mensual, que al inicio se dijo sería de 28 mil pesos, ahora se sabe que será de 100 mil pesos mensuales, más prestaciones, vales para compra de gasolina y gas, aguinaldo, canasta básica, bonificación para transporte público, servicio médico etcétera, etcétera.

Un caso más se suma a la larga lista del no pasa nada. Elba Esther Gordillo y Lozoya Austin, por poner el ejemplo. Todos viven en la comodidad de sus residencias, producto de ese pacto de complicidad para solapar desde el poder en turno todo tipo de fechorías, a final el pueblo es el que sigue pagando este tipo de arreglos en lo oscurito. Y la ley para combatir la corrupción que se vaya al diablo…