SCJN y UNAM…
Las fiestas decembrinas, para muchos son un momento de reflexión y armonía familiar. Pero en política eso no sucede. Mientras la mayoría disfrutaba de estos días de asueto, una bomba caliente inundo los corillos políticos.
Un asunto nada menor, si tomamos en cuenta que se juega el prestigio y credibilidad de dos instituciones fundamentales del Estado mexicano; la SCJN y la UNAM.
La primera, la máxima institución impartidora de justicia y de control constitucional; la segunda, el principal semillero de la masa crítica, intelectual y de investigación, que fomenta el desarrollo científico y tecnológico del país.
La autoría de una tesis de licenciatura, ha puesto a trastabillar la legitimidad y confianza de estas instituciones. Cualquier decisión que tomen sobre este asunto, dependerá su autonomía y credibilidad.
El día de hoy, como lo marcan los términos constitucionales, se habrá de elegir a quien presida la SCJN y por ende el Consejo de la Judicatura. Una de las fuertes aspirantes a presidir este órgano jurisdiccional, en pleno festejo navideño le fue amargada esa posibilidad, ante la sospecha de que la tesis con la que se tituló, fue producto de un plagio.
La SCJN, en sus 200 años de existencia, solo catorce mujeres han sido ministras de esa Corte Constitucional, pero ninguna ha sido Presidenta. Producto de la paridad de género, en la actualidad son cuatro mujeres que desarrollan la máxima función jurisdiccional.
En su defensa la ministra Yazmín Esquivel Mossa, de ser señalada de plagiaría, ha hecho circo maroma y teatro, para desvirtuar esos señalamientos, al grado de decir que esa tesis, le fue plagiada.
Por desgracia las argucias legales, que ha utilizado para defenderse, simplemente no cuadran, una tesis que a su decir comenzó en 1985, pero que otro personaje la sustento en 1986, y que la ministra oficialmente la presentó ante el Sínodo de la máxima de estudios en 1987, parece un episodio más de “La rosa de Guadalupe”.
Herida en su reputación y ética profesional, requisito fundamental para ser Presidenta, ha recurrido al influyentísimo que da la cercanía con el poder político, tan es así que en solo seis días la fiscalía capitalina, con sus propios datos de prueba, ha concluido que ella es la autora original, sin garantizar el debido proceso y sin citar al presunto plagiario.
Estupideces de la vida real, y que habla del nivel de impartición de justicia que tenemos. La UNAM, cauta en su decisión ha dicho que está la tomará una vez que concluya el proceso de designación que haga la SCJN.
Que esperamos de este episodio, nada. Solo el escándalo político, dudo que si se llega a comprobar el plagio a la Ministra se le retire el título, pues las normas jurídicas en México no están diseñadas para sancionar este supuesto. En tanto, cualquier decisión judicial, sobre este asunto, alegarían la prescripción. Todo seguirá igual.
Si llega a ser Presidenta, la legitimidad de la SCJN, estaría en vilo. En tanto la UNAM, debe concluir con un resolutivo eficaz y que moralmente le ayude a resarcir su imagen, porque si no, cualquier hijo de vecino, se puede titular plagiando y no pasa nada. Su prestigio académico pende de un hilo.
Feliz inicio de año, con mucha salud y bendiciones. Comenzamos…
Comentarios