Qué ha cambiado en las elecciones 1929-2024

Qué ha cambiado en las elecciones  1929-2024

Plutarco Elías Calles, en 1929 sentenció: “Termina el Gobierno de los Caudillos e inicia el Gobierno de las Instituciones”. En efecto, en ese año surgió el Partido Nacional Revolucionario y con él un “Nuevo” Sistema Político Mexicano. La trayectoria de lo que hoy conocemos como Sistema Político Mexicano o Sistema de Partidos, ha experimentado varias etapas y momentos que han sido lógicamente necesarios para ir consolidando el Sistema Democrático en México.

 

No obstante lo anterior, habría que mencionar que cada una de las reformas y adiciones constitucionales han tenido como espíritu fundamental establecer principios y reglas ideales para una Democracia Progresiva, como Garantía Constitucional y reconocimiento a los Derechos Políticos, como un Derecho Humano del Ciudadano. Al mismo tiempo, el constituyente permanente creo leyes secundarias e instituciones para establecer normas electorales de observancia para los partidos, los candidatos, los ciudadanos, órganos electorales, justicia electoral y fiscalías electorales; todo este andamiaje construido con un “principio básico”, la DESCONFIANZA.

 

Así ha sido, así es y todo indica que así continuara. Desconfiar es la regla, incluso estratégica para los Partidos y los Grupos Parlamentarios del Congreso de la Unión, no solo establecida en la ley, sino también cuando las instituciones partidistas, electorales o jurisdiccionales actúan. Todos con el paradigma de la “desconfianza”.

 

A lo anterior, habría que agregar otras malas prácticas: los partidos políticos no cumplen con su razón de ser o su naturaleza; en las campañas electorales los candidatos siguen expresando falacias y propuestas sin diagnóstico y sin atacar las causas de los grandes problemas nacionales. Continúan desarrollándose una serie de supuestas estrategias en cada elección derivadas del pragmatismo y no de la razón, mucho menos utilizando la inteligencia o los conocimientos que la ciencia ha construido hasta este momento para cambiar los viejos paradigmas del pragmatismo puro.

 

Vale la pena entonces, explicar cómo estamos y porqué estamos como estamos, desde 1929 hasta 2018 fecha en que colapsa el Sistema Político Mexicano. Ochenta y nueve años en el que no se han desarrollado y mucho menos puesto en practica los conocimientos hasta ahora construidos en materia política, electoral y de gobierno. Ochenta y nueve años en el extremo del pragmatismo; es decir, nuestro análisis nos lleva a asegurar que quienes participan directamente en una elección para cargos de elección popular le han apostado solo a la experiencia y de vez en cuando se acercan a herramientas mercadológicas, de mercadotecnia, publicidad y hoy redes sociales, así es cada tres o seis años. Cabe mencionar que estas herramientas son propias del mercado y no de la política como una ciencia. Ver al ciudadano como un consumidor, es la visión del mercado y no de la democracia. Vender a un candidato, es la visión del mercado y no de la democracia; privilegiar las ideas y el proyecto de los candidatos es lo mejor para la democracia. Destacar sus virtudes personales y profesionales de los ciudadanos que aspiran a un cargo de elección popular, es importante para la democracia.

 

Que los partidos, los candidatos y sus equipos de campaña adopten y practiquen ciencias y técnicas en las campañas, debe ser un anhelo de ellos, en beneficio de todos los mexicanos. Sin duda, la experiencia es importante, pero no es suficiente. Hay dos extremos que son contrarios; por un lado, está la razón y en el otro extremo encontramos el pragmatismo o la experiencia, en medio de estas dos posiciones se encuentra la inteligencia; es decir, los conocimientos. Para los mexicanos seria ideal que el cambio en las elecciones estuviera basado en adoptar y practicar actitudes y proyectos basados en la fuente del conocimiento que es la RAZON, y no solo, la experiencia basada en el pragmatismo puro.

 

Desde luego, lo anterior requiere de una Formación en Temas Filosóficos, Científicos y Técnicos aplicados a la Ciencia Política, las Elecciones y el Gobierno. En efecto, si hay un elemento del Estado alejado de las ciencias y técnicas, es precisamente el Gobierno y con ello todo lo que le precede: Cultura Política, Organización Social, Instituciones Políticas y Jurisdiccionales Electorales Democráticas, Partidos Políticos y Candidatos con Capacidad Política, de Gobierno y Alta Formación Ética y Moral.

 

Esta sencilla apreciación, nos permite explicar la existencia, hasta ahora de viejos paradigmas alimentados por quienes le apuestan a la experiencia en distintas campañas políticas. Ochenta y nueve años, en los que solo hemos percibido la utilización de medios electrónicos y herramientas del mercado y del consumismo. La estrategia es “persuadir” en la mente del electorado un producto que debe consumir o un resultado que debe aceptar. Lamentablemente esto esta alejado en extremo del pensamiento, las ideas, los conocimientos y el proyecto basado en la razón y desarrollado con inteligencia.