Es una realidad que los partidos políticos en México, han padecido de los errores de quienes los han dirigido, salvo honrosas excepciones. La sabiduría ciudadana señala enfáticamente, y tiene la razón, el mal siempre está en la cabeza, verbigracia, el titular del Poder Ejecutivo Federal y la dirigencia de su partido. Juárez, en su momento (1867) señalaba, “a los que no entienden hay que hablarles seguido y fuerte”.  

En el año 2018, más de 30 millones de ciudadanos mexicanos, de un total, en ese año, de más de 92 millones de ciudadanos en edad de votar, se cansaron del abuso del poder, del enriquecimiento de muchos servidores públicos, de la ausencia de rendición de cuentas, de la falta de oportunidades políticas, de la ausencia de oportunidades laborales, de la mala calidad de los servicios públicos, de la falta de soluciones a los grandes problemas nacionales, de la ausencia de reglas claras en lo político y a la hora de distribuir el presupuesto, entre otros muchos problemas, inconsistencias e incongruencias de partidos en el poder y a la hora de gobernar para todos los mexicanos, como una responsabilidad constitucional.

Hemos sido testigos de la ausencia de valores y principios en la toma de decisiones colectivas de los gobernantes, en todos los niveles de gobierno. Esperábamos que las cosas cambiaran en el presente gobierno federal, resulta que ·estábamos mejor, cuando estábamos peor”, así lo ha sentenciado un escritor latinoamericano.

Hoy se gobierna polarizando la sociedad, se toman decisiones en los tres poderes a indicaciones de un solo hombre, fuimos testigos de la lamentable actuación de los diputados en el Congreso de la Unión, divide y vencerás es la mónita del gobierno federal. Lo que el gobierno federal nos propone a los mexicanos, es “una gran nómina”, con la mentira de primero los pobres, ¿a quién no le gusta el dinero?

¿Habría que preguntarnos porque estamos cómo estamos? La sociedad evolucionó, los partidos políticos dejaron de hacer lo que les correspondía constitucionalmente, dejaron de ser interés público, ¿nunca lo fueron?

A nuestro juicio, los partidos políticos nunca han sido de interés público, aunado a ello, no se reinventaron, no se transformaron, en concreto no hubo transmutación. Hay ausencia plena de alquimia política, esta es la verdadera razón de su fracaso. Es cierto que algunos partidos han ganado gobiernos locales, es cierto que el partido del actual presidente ha” arrasado” en distritos locales, federales, municipios y estados.

Hay que ser claros, los resultados le han favorecido por la ineficacia e ineficiencia de los partidos políticos, por los abusos del poder a la hora de gobernar, por la errónea  designación de candidatos a cargos de elección popular, por la ausencia de reglas clara en los procesos internos de selección de candidatos, por no entender la presencia de nuevos paradigmas para planear y gobernar, por no gobernar con valores y principios y en función del interés nacional, resolviendo los grandes problemas nacionales. Hoy sufren de una auténtica parálisis paradigmática. Esta situación, colapsa las instituciones políticas, las organizaciones y las empresas, lo cual, permite al gobierno actual, con una gran nómina nacional, ganar las elecciones.

A todos los mexicanos nos convienen los equilibrios políticos, sociales y económicos. Instituciones políticas sólidas y competitivas. Es fundamental para la democracia. Reinventarse, cambiar de paradigmas, considerar la alquimia política, es de alta prioridad para los partidos políticos.