Futurismo político

Futurismo político


Carlos Matus es uno de los autores más reconocidos en Norteamérica y América Latina por sus aportaciones en temas de gobierno. Su famosa obra “Teoría del Juego Social”, establece conceptos teóricos y filosóficos que nos ayudan a entender y visualizar como es el juego social y cuáles deben ser las herramientas del gobernante para un ejercicio más eficaz.

Asumamos, por un momento, dice el autor, que existen jugadores y actores políticos perfectos, que jamás cometen errores humanos. Entendiendo como error humano, una deficiente aplicación de los distintos paradigmas políticos, económicos y sociales, que tienen como base una cientificidad, también habría que señalar que un jugador o actor político perfecto es un especialista en establecer perfectamente un cálculo que le permite no cometer errores humanos, salvo que la propia ciencia se equivoque.

La realidad y el entorno es claro, el futuro es incierto, por consiguiente, el cálculo sobre el futuro es muy complejo, pero debe realizarse obligadamente, no obstante, el conocimiento de las leyes que rigen el sistema. A pesar de ello, todos los actores y jugadores políticos deberían hacer cálculos sobre el futuro, la realidad es que observamos una aparente nulidad de modelos, métodos, técnicas e instrumentos que permitan planear el futuro económico, político y social. Lo que observamos, como acción política, es una praxis pragmática producto de la experiencia y no de la influencia de las ciencias y técnicas de gobierno.

Pasadas las elecciones del 6 de junio, inmediatamente, el “chisme político” en el Estado y en el país, permea en las distintas clases sociales, grupos políticos, ganadores y perdedores, ciudadanos en general. La política es como un juego de domino, alguien gana y punto. La “sopa” vuelve a removerse para un nuevo juego político.

La lucha entre los grupos, que de facto se convirtieron en una especie de bipartidismo, resultó en una conclusión que todos sabemos. Ahora, la actitud de algunos liderazgos es, recomponerse, reinventarse, visualizar un posible proyecto viable, construir nuevos proyectos, etc. El nuevo paradigma, lentamente va tomando forma, lo más importante son los acuerdos, las alianzas, las coaliciones, los intereses comunes para tratar de acceder al poder en los distintos niveles de gobierno.

Se trata ahora de construir fuerza política suficiente, el partido pasa a un segundo término. Sin fuerza, el partido no tiene importancia. Primero es la fuerza y luego el partido, parece ser el nuevo paradigma, cuando menos así piensan muchos actores políticos que ya iniciaron actividades rumbo al 2024.

Es claro que no existe hegemonía en morena, ya que un partido fortalecido y bien estructurado, resta poder e influencia al ejecutivo estatal y federal, sobre todo. Por lo tanto, en su momento, habría que soltar a los candidatos a gobernador, y así fue. De esta manera se incorporaron candidatos del PAN y del PRI a efecto de atraer mayores votos para morena, resultado un éxito aparente. Viene el otro juego y una nueva recomposición de fuerzas.

A lo anterior habría que preguntarse, en la coalición, los priistas votaron por los panistas, los panistas votaron por los priistas, y los morenistas votaron por morena. Al final, en términos genéricos la coalición PRI, PAN y PRD, logró en el país más del 2 por ciento en relación con la coalición morena y sus aliados.

En el caso de Tlaxcala, observamos un pluralismo sin precedente en los municipios, regidurías y presidencias de comunidad, la mayoría de morena en el caso del Congreso del Estado y un gobierno que deberá buscar los mejores perfiles para gobernar, resolver los grandes problemas y propiciar condiciones básicas para la gobernabilidad en nuestra muy importante entidad federativa.

El cuestionamiento es que va a hacer el PRI, que harán el PAN y el PRD, durante el proceso de gobierno hasta antes de las próximas elecciones. Cabe recordar que, para este último tramo del año, la lucha será en el tema del financiamiento a los partidos versus el presupuesto para 2022, la crisis en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el enfrentamiento con el INE; además de la frágil autonomía de la Fiscalía Federal y las fiscalías en las entidades federativas, con todo ello, la debilidad del Sistema Anticorrupción a nivel federal y en los estados. Veremos cómo el patriotismo partidista seguramente resultará en que cada partido tendrá su propio candidato en el 2024.

Con un arranque de 35 por ciento para morena, 20 por ciento para el PRI y 20 por ciento para el PAN. La lucha entre Marcelo y Claudia es real. Monreal dice, que sí tiene interés y no es mal visto por varios partidos políticos, incluidos el PRI, PAN, PRD y PVEM. Lo mismo Noroña quien está interesado por el PT. Manuel Espino mostro interés para el gobierno de Durango. El presidente incorporó a Moctezuma Barragán, Juan Ramón de la Fuente y a Claudia Clouthier.