Los grandes culpables
“Estábamos mejor, cuando estábamos peor”, es una frase que encierra y explica cual ha sido la trayectoria y como se encuentra el México Democrático de estos tiempos. Con una “Dictadura Perfecta”, en su momento, los principales actores políticos, económicos y sociales de nuestro país, lograron acuerdos en extremo importantes para la democracia, el crecimiento y desarrollo del país y con ello la fortaleza de distintos sistemas constitucionales que hasta hace seis años habían sido piezas fundamentales de la política, la economía y la vida democrática, como cultura en nuestro país; entre estas instituciones podemos señalar la firma del Tratado de Libre Comercio; la Infraestructura Carretera; Instituciones de Educación Superior; Instituciones de Salud Pública; Órganos Autónomos; el Sistema de Partidos; el Sistema Electoral; el establecimiento de la pluralidad; la consolidacion de pesos y contrapesos; la representación de las minorías en los Poderes Legislativos Federales y Locales; el Desarrollo Social; la creación de Instituciones como el INE, la COFETEL, el INAI, la CNDH, entre otros muchos Organismos Autónomos que abonaron en la consolidacion del Estado de Derecho.
El Estado, a través del Gobierno, caminaron juntos en la construcción de una sociedad que tuvo como objetivos garantizar los Derechos, las Libertades, pero sobre todo la Deliberación, como un principio y un ejercicio cotidiano, normal de poder hablar y disentir sobre múltiples tópicos de la vida nacional.
¿Qué paso entonces?, ¿Por qué estamos como estamos?, ¿Existen culpables?. Iniciemos por el final. El pasado proceso electoral tuvo como resultados que la actual Presidenta de la Republica obtuviera más de treinta y seis millones de votos de un padrón electoral de poco más de ciento treinta cuatro millones ciudadanos con derecho a votar; lo que significa que si bien la actual Presidenta fue legalmente electa, en la complejidad social y con la interdependencia se requiere necesariamente la construcción diaria de su legitimidad.
Hoy el Estado de Derecho es el mas afectado frente a los últimos seis años de gobierno, periodo en el que se consolido la inacción y la inefectividad de distintos Sistemas Constitucionales; entre ellos, el Sistema Político, el Sistema de Partidos, el Sistema de Representación, el Sistema Educativo, el Sistema de Salud, el Sistema Democrático, pero sobre todo el Estado de Derecho, en el cual, la División de Poderes dejo de ser un auténtico Principio Constitucional de Garantías Individuales y de respeto a los Derechos Humanos. Hoy la orden de un Juez Federal es inobservable y el Ejecutivo Federal no le da cumplimiento a esa orden violentando el espíritu de la ley, la ley misma y la tradición jurídica que garantizaban la armonía entre las percepciones subjetivas y lo que dicta la razón, la lógica y el argumento, como principios del Contrato Social entre ciudadanos y Estado.
Los primeros culpables tienen nombre y apellido; basta revisar quienes han sido los dirigentes o lideres de los partidos políticos hasta antes del surgimiento del partido en el poder. Esos personajes, dejaron de cumplir con su razón de ser, con su naturaleza, forjar todos los días la defensa de los derechos político-electorales de los militantes, simpatizantes y ciudadanos en el ejercicio de votar; olvidaron abanderar las causas como forma de equilibrio y de presión a los gobiernos para cumplir con su responsabilidad; olvidaron diseñar acciones y estrategias para no perder su papel de opositores auténticos a los gobiernos en turno; abusaron plenamente de las candidaturas plurinominales y los distintos cargos de elección popular, favoreciendo solo a familiares y amigos; y no observaron la declaración de principios, programa de acción y estatutos de sus institutos políticos.
Otros de los grandes culpables, sin duda, fueron los gobernantes hasta antes de 2018, al no contribuir a través de la educación con los valores democráticos y la educación cívica hacia quienes en el futuro serían los nuevos ciudadanos; además de abusar del poder y fomentar la corrupción. Un culpable más, sin duda, fue el que gobernó de 2018 a 2024, concentrando el poder, el dinero, las facultades legislativas, ejecutivas y muy pronto las judiciales en una sola persona; conservar el poder, solo por el poder, fue su gran objetivo y su gran estrategia comprar voluntades previamente incentivando la ignorancia y utilizando demagógicamente la pobreza de mas de cincuenta cuatro millones de mexicanos.
Sin duda, el último gran culpable es aquel ciudadano que estiro la mano para recibir dadivas y que como “gratitud” le dio el voto a la continuación de un gobierno intolerante, destructor de Instituciones y del Estado de Derecho del que habíamos avanzado.
El “voto subjetivo” es el último gran culpable de lo que hoy vivimos la mayoría de los mexicanos que si trabajamos, que si estudiamos, que si pagamos impuestos, que si nos reinventamos, que si innovamos, que si nos transformamos, que si somos creativos, que si amamos a nuestro país, y que si queremos y deseamos un gobierno para todos que actúe con objetividad, con principios, respetando la ley y que permita establecer criterios de convivencia y de desarrollo humano con todos los actores sociales, políticos y económicos que interactúan y que son interdependientes con México y el mundo.
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