Democracia constitucional en 2024
En realidad, muchos mexicanos esperábamos que el gobierno que está por concluir definiera una trayectoria con objetivos claros en los que se pudieran determinar el modelo económico, el sistema jurídico y la forma de gobierno con mayor claridad. Esto, no ha sido así, no obstante, la claridad de sistemas y modelos de gobiernos en el mundo y su economía. La lucha constante entre conservadurismo y liberalismo se define todos los días mediante diseños institucionales, políticas públicas, procesos electorales, deliberación para la toma de decisiones y ahora derechos humanos.
En los últimos cinco años hemos sido testigos de como el estado se ha reducido a una sola persona y uno de los elementos fundamentales del estado como lo es la población también ha corrido la misma suerte, este elemento fundamental del estado al parecer también es representado por un solo individuo. Como consecuencia de la ausencia del estado rector, el mercado sigue una doble suerte; por un lado, se manifiesta un desprecio y un prejuicio personal de quien toma las decisiones para garantizar las libertades económicas del país y por otro lado, sino fuera por las remesas, la inversión privada y el libre comercio en América del Norte, la economía mexicana estaría en grave crisis, en este sentido, sigue ausente el Estado y el mercado está peligrosamente suelto y descontrolado, sin una estrategia clara. Lo anterior no permite visualizar cuales son los principios y valores del Gobierno Federal para establecer una hoja de ruta en la que se definan con certeza si México sigue por el camino del conservadurismo, el libre mercado o bien ha adoptado una tercera vía de fortaleza y respeto a las instituciones democráticas mediante la práctica de una auténtica democracia constitucional
Las elecciones de 2024 son una gran oportunidad para que los mexicanos exijamos la vuelta al régimen de la democracia constitucional con todas sus implicaciones de fortaleza al mercado, rectoría del estado, división de poderes, estado de derecho, órganos autónomos, sistemas de partidos, federalismo, entre otros muchos temas y sistemas fundamentales de esta visión del pensamiento liberal. El voto diferido puede ser la divisa fundamental para la Democracia Constitucional que la mayoría de los mexicanos no queremos perder. Un voto diferenciado podrá garantizar división de poderes, fortaleza de los órganos autónomos, federalismo, igualdad de oportunidades, programas sociales como un derecho humano a los mexicanos y deliberación para los grandes problemas sociales. 2024 es en efecto una lucha entre Liberales y Conservadores; en estricto sentido ambas posturas del pensamiento político y económico tienen principios y valores que en su mayoría coinciden sobre todo en temas de Democracia Constitucional y de respeto a la ley. Aunque cabe aclarar que el Liberalismo y el Conservadurismo son doctrinas que no tienen respuesta para todo. En el caso mexicano parece que el gobierno tiene la única verdad y respuestas para todo. Lamentablemente la irracionalidad sigue prevaleciendo para confundir a los mexicanos. No es posible, que los intelectuales sigan callados para que las personas de escasos conocimientos no se molesten.
En el Liberalismo se admite la divergencia y la crítica y se está consciente de que la realidad es compleja, igualdad de oportunidad y la libertad es el valor supremo. En cambio, en el conservadurismo son gobiernos represivos, inhiben la creatividad, no se acepta la deliberación, se gobierna con dogmas del pasado y se asumen ser de izquierda, solo hay una verdad la de ellos, privilegian la colectividad aun cuando los individuos tienen capacidades y habilidades distintas para su desarrollo personal, convirtiéndolos en auténticos esclavos mediante programas sociales; al respecto Juan Jacobo Rousseau señala que el hombre nace libre por naturaleza y cuando enajena esa libertad se convierte en esclavo del gobierno o del sistema.
En el caso mexicano habría que preguntar a quienes gobiernan este país, entre otros muchos temas, que debe privilegiarse, la igualdad de oportunidades o inhibir la creatividad de los jóvenes.
En 2024 se presenta una oportunidad para exigir mediante el voto, un sistema educativo de alto nivel que permita las legítimas diferencias de ingreso de acuerdo al talento y al esfuerzo de cada estudiante, con competencia entre educación pública y privada de alta calidad.
Hasta ahora lo que hemos escuchado es un discurso que señala que habrá continuidad y un segundo piso de lo que ellos denominan la Cuarta Transformación, misma que después de cinco años no sabemos a qué modelo, sistema, forma de gobierno o pensamiento político y económico se sustenta.
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