El pensamiento de René Descartes y la actualidad
La proposición “para pensar hay que ser”. Lo que me a segura que digo la verdad cuando anuncio pienso, luego existo, es que veo claramente que para pensar hay que ser. Este pensamiento filosófico de René Descartes es la base fundamental para entender una serie de acontecimientos que a simple viste parecen naturales y simples. No obstante, los tiempos actuales tienen una explicación filosófica que no muchos pueden ver. El dilema se encuentra en la claridad que todo ser humano debe tener respecto de elementos morales que le permitan su felicidad. Existen una gran cantidad de aportaciones filosóficas y de praxis social, política y económica que pueden explicar distintos acontecimientos históricos de la sociedad. Todos ellos relacionados con la fe, la espiritualidad, la religión, el concepto de ser supremo y la moral; veamos algunos ejemplos:
Antes de la revolución francesa, el pleno ejercicio de la guillotina, en Francia, se degollaron miles de personas sin un criterio racional, sin un juicio justo, si moral; incluso se llego a pensar que la supuesta eliminación de los enemigos del Poder político y económico eran hasta cierto punto naturales. Basta recordar el discurso de Robespierre en la gran asamblea de la salud pública de Francia, en el cual invita a todos los intelectuales de la republica a reconocer la existencia de un ser supremo y de la inmortalidad como potencia conductora del universo. Separar la creencia de la increencia, y, por otra parte, de la superstición; crear una religión que se eleve, por un lado, sobre el cristianismo corriente, adorador de imágenes, e igualmente sobre el puro materialismo y el ateísmo, ósea mantenerse en un término medio. Este discurso esta motivado por los muertos en la guillotina que el mismo empujo y que Fouche se burlaba de ellos, como un despreciable ejemplo de inmoralidad y ateísmo. Robespierre cuestiona a Fouche cuando este señala que no hay ninguna deidad y que se castiga por pura casualidad y que el alma no es más que un débil aliento que puede apagarse en cualquier momento. Desgraciado sofista dice Robespierre a Fouche. Solo un criminal despreciable ante si mismo, repugnante a los demás, puede creer que la naturaleza no nos puede ofrecer nada mas bello que la nada. El discurso de Robespierre en honor a un ser supremo es plausible.
En efecto, hoy las nuevas generaciones carecen de fe, desconocen su espiritualidad y se les a metido en la cabeza la idea de que los valores no existen o no son importantes. A alguien o algunos les conviene una sociedad desvalorizada, sin principios y sin temor alguno respecto de un ser supremo. Estas nuevas generaciones, como dice Bladimir Putin están siendo idiotizadas por unos cuantos que acumulan dinero y poder. Otra vez observamos acciones inmorales de quienes pretenden generar miedo a la población con atentados terroristas y guerras bacteriológicas, con el argumento de una sobre población mundial. Lo cierto es que, hoy en día, el mundo a cambiado, los sistemas están alterados o colapsados y nuestros jóvenes son las victimas que no logran entender que el narcotráfico, el lavado de dinero, el trafico de personas, el covid-19, entre otros fenómenos, son producto de humanos perversos que desean controlar a las nuevas generaciones de forma inmoral, sin principio y sin fe. La religión cualquiera que esta sea se presenta como un instrumento ajeno a los intereses de unos cuantos. Así nos están haciendo creer. Por el contrario, es precisamente la fe, y la creencia en un ser supremo, la espiritualidad y los valores lo que permiten la sana convivencia en los seres humanos.
Hoy mas que nunca debemos ser creativos e innovadores para enfrentar actos inmorales de poderes facticos, políticos y económicos. Obligar a nuestros niños a estudiar con métodos eficaces puede ser la solución a los problemas que hoy enfrentamos.
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