2018 es el parteaguas del Sistema de Partidos en México. No solo por los resultados electorales de ese año, sino por la ausencia de creatividad de cada uno de los partidos políticos en México para enfrentar el presente y el futuro del propio sistema político. Estamos seguros que la parálisis paradigmática en que se encuentran los partidos políticos en México data desde su propia creación, estructuralmente fueron parte de los pilares democráticos de esta nación, no obstante, el incumplimiento con su naturaleza, principios y valores, estatutos, plataforma electoral y proyecto político los mantiene en un estado de crisis total.

A dos años de otra prueba de fuego, para las elecciones de 2024 no observamos creatividad de sus dirigencias para recomponerse, reinventarse, reorganizarse,  reingeniería en sus procesos democráticos y de participación ciudadana, formación de líderes comunitarios, capacitación de sus servidores públicos, formación de nuevas generaciones de políticos y líderes comunitarios, en suma, transformarse para convertirse en el nuevo paradigma del sistema político mexicano de vanguardia, contrapeso político, abanderamiento de los grandes problemas nacionales y de sentido ideológico que proponga una nueva forma de gobierno, un nuevo estilo para gobernar, así como el modelo de forma de estado y de gobierno que sea funcional en condiciones de pluralidad, incertidumbre y alta competencia.

La propuesta es revolucionar el estilo de hacer política y el estilo de gobierno. Para lograr ese cambio, se trata de evitar tanto la invasión de la técnica sobre la política, como el dogmatismo de las ideologías y de la acción política sin método (Carlos Matus 1997).

Pascal decía: “Hay dos extravagancias: excluir la razón e incluir solo la razón. Las ciencias sin ideología son un barbarismo tan peligroso como la ideología sin ciencia”.

El trágico final de una experiencia de gobierno, se debe fundamentalmente a la falta de preparación teórica, metodológica y de ciencias y técnicas de gobierno, tanto de los políticos como de los técnicos.

En la propuesta revolucionaria y de transformación se trata de recuperar la política, fortalecer la participación de los ideólogos, combatir el barbarismo de los improvisados y necios sin considerar el consenso de los actores y factores reales de poder. Es necesario el ejercicio de retrospectiva, prospectiva en la construcción de posibles escenarios. Se trata de combinar los principios y valores con las ciencias y técnicas de gobierno para rescatar las ideologías evitando la crisis de la razón. Necesitamos los mexicanos exigir el cumplimiento del Derecho Humano a un buen gobierno.

Debemos evitar a toda costa seguir debilitando la democracia en México, cerrarle la puerta de una vez por todas a la mediocridad de un estilo político que carece de teoría y método de gobierno, evitar a toda costa gobiernos autoritarios que desconocen la realidad y que gobiernan sin un diagnóstico claro, subestimando a los diversos sectores y actores de la población, tratando de establecer modelos intencionales y no de la realidad mexicana.