Movimientos, partidos y militancia
Que vea quien pueda ver y que escuche quien pueda escuchar, reza un adagio. En múltiples ocasiones los estrategas políticos y los propios políticos se les olvida hacer retrospectiva para comprender el comportamiento social y su producción, de tal forma que les permita acercarse al comportamiento social en el pasado al entorno del presente y cuál debe ser la actitud y la estrategia en términos de prospectiva para enfrentar el futuro. Desde luego no sobra decir que muchos políticos y servidores públicos de primer nivel no aceptan allegarse de asesoría profesional o acudir a alguna consultoría en temas concretos como la asesoría legislativa, la asesoría gubernamental en materia de planes, proyectos y programas o bien la asesoría política para efectos de acciones y estrategias que les permita ser competitivos en los futuros procesos electorales a distintos cargos de elección popular. No obstante, lo anterior para quienes creen que la política es una ciencia y por lo tanto el político un científico social, las siguientes líneas pueden contribuir a tener una visión sociológica de los orígenes y efectos entre movimientos, partidos y militancia.
Es cierto, que muchos movimientos surgidos en México de 1821 a la fecha han tenido verdaderos éxitos. El primer gran movimiento surgió para lograr la Independencia (1810); el segundo gran momento tuvo que ver con el reconocimiento de México como Estado (1821); el tercero se relaciona con las Leyes de Reforma (1859); le sigue el movimiento revolucionario de 1910. A lo anterior, habría que agregar el movimiento estudiantil de 1968 y otros movimientos que han marcado el país en distintos rubros, por ejemplo movimientos obreros, campesinos, maestros y actualmente lo que hizo morena para ganar la Presidencia de la Republica, la paridad de género en materia de participación política, administración pública, violencia de género y violencia política, los movimientos de la comunidad LGBTTTIQ en materia de reconocimiento de derechos y de participación política, dos marchas en defensa del INE, la manifestación de las mujeres (M8), entre otros muchos movimientos regionales, todos de gran éxito.
En cuanto a los partidos políticos, precisamente un movimiento político en 2018 en el que se sumaron ciudadanos de todo tipo de militancia, lograron poner en crisis al sistema político mexicano y con ello, a todos los partidos políticos. Actualmente estos partidos sufren una parálisis paradigmática, derivado de la inobservancia de sus programas de acciones, estatutos y plataforma electoral, al privilegiar y beneficiar solo a sus cúpulas, al llevar a cabo procedimientos de selección de candidatos que beneficiaron a ciertos grupos y a ciertas personas, nunca abanderaron causas sociales a través de algún movimiento, los representantes populares no han ejercido una autentica representación de los ciudadanos; como partidos políticos no son factores ni actores reales de poder y no cumplen con la función fundamental de ser contrapeso de quienes ejercen el poder y el gobierno; a lo anterior, habría que agregar la ausencia de auténticos ideólogos al interior de cada partido político.
Ahora bien, es claro para todos, que la militancia no está en los partidos políticos. Entiéndase como militancia política desde luego no solo a los ciudadanos que militan en alguno de los partidos políticos. La militancia política de los ciudadanos, es aquella que se interesa por la política, la economía, inseguridad, los temas de gobierno, la solución de problemas comunes, el papel de INE, la actuación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la violencia contra las mujeres y en general todos aquellos ciudadanos militantes, simpatizantes y que participan de una u otra manera en causas sociales. Sin lugar a dudas, hoy la militancia se ubica y actúa en las redes sociales. Las redes sociales ahora son el referente obligado para realizar una encuesta, en ellas se encuentran los votos; son muy importantes los influencer y el diseño de contenidos para quien busca tener éxito en las redes sociales; es claro que la militancia que acciona en las redes sociales tiene como prioridad los movimientos de causas comunes y no los partidos de beneficios cupulares; el ciudadano contemporáneo que milita en las redes sociales no le es atractivo ningún partido político. En consecuencia, mientras los partidos no adopten nuevos paradigmas, no se reinventen, no apliquen reingeniería en su organización, mientras no abanderen causas ciudadanas, no serán atractivos para la militancia. Es preciso que comprendan los partidos políticos que su resurgimiento está en abanderar las causas ciudadanas a través de movimientos y con la participación de los militantes sin partidos.
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