Sociedad fallida

Sociedad fallida

El Sistema Político y Constitucional de un país determina en gran medida su grado de avance o retroceso en temas básicos de Democracia, Crecimiento, Desarrollo, Estado de Derecho y Acceso al Poder.

 

México no escapa a este examen, por lo que vale la pena recordar que desde 1857, 1917, hasta estos días, nuestra Constitución Política ha sufrido más de mil reformas y adiciones, no obstante, de haber sido considerada por la academia como una Constitución de vanguardia, hoy se mutila al capricho y con una sola idea, quienes están en el poder no lo pierdan, violentando la Supremacía Constitucional, el Estado de Derecho, el Proceso Legislativo, la División de Poderes y sin el acuerdo de voluntades de los distintos actores y sectores de nuestra sociedad, es decir, con ausencia de consensos.

 

Es para muchos que el diseño constitucional determina la forma de gobierno y el acceso al poder, en el caso mexicano se concluye fácilmente que una combinación peligrosa al unirse varios factores que han generado hoy en día una sociedad fallida; claro que no solo es culpa de los ciudadanos, sino también de la simbiosis entre corrupción, ignorancia y pobreza.

 

Lamentablemente el cambio de grupos en el poder, no ha resuelto los grandes problemas nacionales de fondo o estructurales, prevalecen por ejemplo el modelo educativo obsoleto; ausencia en el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas en los tres niveles de gobierno; los programas de gobierno que desmotivan el esfuerzo, el trabajo, la creatividad y la innovación en los niños, adolescentes y jóvenes e incluso a nivel profesional y de posgrado, que inhiben su potencial para pensar y deliberar; la ausencia de planeación transversal, regional, interestatal e intermunicipal; la falta de visión y misión de los gobiernos en sus tres niveles y sin diagnósticos claros que indiquen cuales son las causas y los orígenes de los grandes problemas del país, no hay ruta de progreso.

 

Pasamos de Gobiernos Corruptos a Gobiernos de Mentiras, ambos Despóticos, en distintos niveles de corrupción, mentiras y despotismo, en muchos de los actos de gobierno sin legalidad, ni legitimidad, el dinero ha sido el único instrumento de gobierno, basta revisar el presupuesto de egresos de cada año para tener una idea de lo que estamos hablando.

 

Un elemento más, es contrastar y someter a estudio y análisis los presupuestos del gobierno y sus políticas publicas, ninguna ataca las verdaderas causas de los grandes problemas nacionales.

 

Frente a este escenario cada vez más complejo, es indispensable el surgimiento de una conciencia colectiva que sirva de equilibrio entre las fuerzas que insisten en que todo siga igual otros seis años y quienes abrigamos la esperanza de una nueva conciencia nacional que ponga a México nuevamente como ejemplo de los países latinoamericanos.