2021, el momento de la esperanza
Cada proceso electoral, tanto federal como estatal, significa la esperanza para miles de personas, de tener un buen gobierno. Creemos por un momento, que los partidos políticos propondrán como candidatos a los distintos cargos de elección, a los mejores hombres y mujeres; desde luego esto no es así.
¿Cuál es la causa de esta desgracia?
Sin duda, se trata de un problema multifactorial, que requiere una visión holística y policéntrica para determinar las causas, de las causas, de las causas hasta llegar al origen. Determinar con precisión de quien depende la solución o agudización de este problema. Cuáles deben ser las estrategias y las acciones que debemos tomar, como ciudadanos, para lograr el objetivo que anhelamos todos los mexicanos.
Revisemos algunos paradigmas que definen el contexto:
- Existencia de un partido único, hegemónico en su momento. Hoy sufre de parálisis paradigmática.
- La alternancia en el poder, antes del 2018, fue letra muerta.
- Las ideologías enfrentaron y dividieron a los mexicanos.
- Ningún grupo en el poder ha podido solucionar el problema de la impunidad y la corrupción.
- Un sistema político agotado, la democracia es un tema pendiente.
- El sistema electoral sobreregulado y construido con base a la desconfianza.
- El sistema de planeación ineficaz. Es un documento rígido, existe ausencia de solución de problemas intermunicipales, interestatales. A lo anterior le agregamos, la falta de sanciones por incumplimiento de los objetivos del plan.
Estos y otros paradigmas definen el contexto, cambiarlos resulta deseable, no obstante, los ciudadanos aún no aquilatan el poder que tienen para ello.
La ley está diseñada para privilegiar al sistema político de partidos, sin obligación de seleccionar a sus mejores hombres y mujeres para cargos públicos.
La ley favorece a quienes tienen dinero para constituir un partido político. Hay que cambiar este paradigma. No deben ser los dueños del dinero quienes se favorezcan de la ley y de nuestros impuestos para la creación de partidos políticos.
Los partidos políticos, dice la constitución son entidades de interés público, si esto es así, entonces cambiemos la ley para que sean los ciudadanos los que cambien el partido político por otro, o bien constituyan uno nuevo, sin la necesidad del dinero. El poder reside en el pueblo.
El presente corresponde al fin de las ideologías, exijamos a los partidos políticos a las mejores personas, hombres y mujeres, como candidatos, si los hay.
Apoyemos a los mejores en las próximas elecciones, la ideología no debe ser un obstáculo, el interés ciudadano por mejores servidores públicos y por las mejores personas en la política es superior a una simple ideología o color partidista.
Cambiemos de paradigma.
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