La urgente vinculación entre ciencia y política
Creo firmemente que la política debe ser como cualquier profesión, no basta el pragmatismo, aunque una gran carga de ello resulta sin duda muy importante.
La política es una ciencia. No obstante, hasta este momento no contamos con una Escuela de Gobierno como tal. Los partidos, el gobierno y la iniciativa privada no les interesa profesionalizar el servicio público. Los proyectos de creación del Servicio Civil de Carrera no han dado los resultados esperados. No contamos con espacios académicos o instituciones políticas y privadas que permitan prepararse para ser Presidente de Comunidad, Regidor, Presidente Municipal, Diputado Local, Federal, Senador o Gobernador.
El paradigma sigue siendo el mismo, por algo soy lo que soy, gobernante. No importa si no conocen distintas disciplinas en el ejercicio de gobierno: economía, sociología, ciencia política, Administración Pública, Contabilidad Gubernamental, Rendición de Cuentas, Sistema Anticorrupción, Ética, Derecho, Responsabilidad de los Servidores Públicos, Planeación etc. Es decir, todo servidor público requiere de una base mínima teórica, nociones fundamentales elementales. Esto lo da la universidad, es necesario vincular la universidad con la política que permita al posible servidor público contar con herramientas de ciencias y técnicas de gobierno.
La Escuela de Gobierno, podría realizar, con alumnos de secundaria, preparatoria y profesional, Modelos de Congreso Local, Modelos de Ayuntamientos entre otros ejercicios para un buen entrenamiento de los futuros servidores públicos. Sin duda vincular la ciencia con la política tendremos a corto plazo buenos resultados con nuevas generaciones de ciudadanos interesados en temas de Administración Pública Federal y Local.
Desde luego, se requiere de una dirección, en concreto, ciudadanos capaces para razonar, con juicios teóricos, técnicos y políticos que les permita planear los procesos y los momentos para el cambio generacional del servicio público.
En los tiempos del partido único, hegemónico, la carrera política se podía construir perfectamente mediante las múltiples oportunidades y conocimiento que se tenía de diversas áreas de gobierno. En un principio no se requería de ninguna profesión, si de apoyo político de buen nivel. Salvo áreas eminentemente técnicas era necesario contar con un título profesional. Lo cierto es que, si hay una disciplina alejada de la realidad es contar con servidores públicos experimentados y con conocimientos o elementos de ciencia política y pragmatismo sin duda.
Hemos experimentado en los distintos niveles de gobierno, de como el gobernante difícilmente explica, conoce y calcula las acciones de gobierno generando gobernabilidad sobre distintas áreas, instituciones, fenómenos sociales, políticos, económicos, entre otros. Se requiere, por tanto, de un equipo tecno-político que permita al gobernante entender el Juego Social y por ende resolver problemas. Sin esta percepción y sin el manejo de herramientas eficaces de ciencia política, se tendrá como resultado baja capacidad de gobierno.
Ante este posible escenario, será necesario involucrar a los distintos actores responsables del éxito o fracaso del plan: académicos, investigadores, gobernantes, comprometidos con el cambio de paradigmas del actual gobernante, asesores, consultores, capacitadores, docentes, dirigentes de partidos políticos, entre otros.
Estos elementos en práctica tendrán como propósito elevar la capacidad de gobierno que todo ciudadano anhela.
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