Y la UDLAP no termina de descomponerse por una “juanita” y el nini
Es obvio que a ninguno de los dos rectores de la UDLAP les interesan la institución ni los estudiantes, como lo demuestra el hecho de que sigan sin tomar clases presenciales, pese a que el martes quedó más que claro que el campus está abierto.
Poco queda por agregar sobre la situación actual en la UDLAP después de lo que publicó este miércoles mi amigo y periodista de El Sol de Puebla Jorge Rodríguez Corona, quien hizo una inmejorable descripción de lo que ocurre en una de las universidades más caras y otrora prestigiada del país: https://www.elsoldepuebla.com.
Cecilia Anaya Berrios decidió asumirse como una rectora “juanita”; es decir, que le guarda la silla al impresentable y en fuga Luis Ernesto Derbez y que solamente le interesa proteger los intereses ¿y la impunidad? del grupo acusado de desfalcar a la fundación Mary Street Jenkins, propietaria de la universidad: https://desdepuebla.com/2021/
Y, lamentablemente, el otro rector, Armando Ríos Pitter, no es mejor, sino un “nini” que ni conoce a la comunidad, ni demostró interés, capacidad o altura de miras suficiente para ejercer a plenitud y con buenos resultados el rol que le encomendó desde julio del año pasado el patronato de la UDLAP; es decir, el grupo que le disputa el control de la institución a quienes siguen apoyando al clan de Luis Ernesto Derbez: https://desdepuebla.com/2021/
Así que entre una “rectora juanita” y un “rector nini” la UDLAP todavía no termina de pudrirse…en detrimento de estudiantes, académicos y trabajadores administrativos, que son los verdaderos afectados.
MÓNICA RODRÍGUEZ SE METE EN CAMISA DE ONCE VARAS
El martes pasado volvió a quedar demostrado que los partidos políticos no sirven de nada. ¿De veras los diputados locales del PAN que fueron a calentar la crisis en la UDLAP esperaban algo más que votos y reflectores mediáticos cuando se presentaron en el campo de una universidad en litigio?: https://desdepuebla.com/2022/
La más beligerante de los panistas fue, sin duda, Mónica Rodríguez, quien hasta lanzó campañas de odio contra su homóloga en el Congreso local, Nora Escamilla, pese a que –como mujer- debió no solamente cuidar las formas, sino también mostrar un poco de respeto y empatía a quien comparte su género y cargo: https://desdepuebla.com/2022/
Dicha diputada juega con fuego al polarizar el caso UDLAP, no solamente porque usa de carne de cañón a jóvenes estudiantes y catedráticos que lo único que buscan es que su institución vuelva a la normalidad, pero sin las ratas que la saquearon, sino también por olvidarse de que esta universidad comenzó a descomponerse cuando Rafael Moreno Valle y su grupo gobernaban Puebla y armaron lo que se conoce como la “estafa maestra”: https://desdepuebla.com/2022/
Y, al parecer, Mónica Rodríguez sufrió un repentino caso de amnesia autoinflingida al pretender olvidar que ella y su marido Pablo fueron dos de los panistas (pocos en realidad) a quienes Moreno Valle benefició hasta el exceso con posiciones políticas y cargos públicos. Y, que yo recuerde, ninguno de los dos denunció nada sobre la “estafa maestra” poblana, pese a que el poder corruptor de dicha maniobra alcanzó a ONGS, universidades, colegios, etc: https://desdepuebla.com/2019/
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