No, no es Mario Delgado, el pseudo dirigente nacional de Morena. 

Tampoco Manuel Bartlett Díaz, que ha provocado más escándalos y pena que cambios o avances reales en la Comisión Federal de Electricidad (CFE). 

Y mucho menos se trata del “roñas”, Gerardo Fernández Noroña, personaje de la picaresca política nacional propio de una película de ficheras de los años 70s y 80s, que, más que sumar, quita adhesiones cuando pretende pegarse a alguna causa electoral: https://desdepuebla.com/2022/08/29/miguel-barbosa-advierte-a-norona-que-perdio-un-amigo-tras-apoyar-a-mier/. 

El único que puede imponer a Nacho Mier Velazco como candidato de Morena y sus apéndices al gobierno de Puebla en 2024 es el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque es el que le convirtió en coordinador de los legisladores federales morenistas y, además, quien permite que desde la secretaría de Bienestar se haga se haga campaña en su favor, como sucedió el mes pasado en la contienda interna del partido:https://desdepuebla.com/2022/07/30/video-desde-puebla-reportan-acarreo-en-las-oficinas-de-bienestar-huauchinango/. 

RIESGOS Y COSTOS DE LA IMPOSICIÓN PRESIDENCIAL 

Efectivamente: Nadie puede descartar que Mier Velazco sea impuesto como candidato morenista en Puebla en 2024 por AMLO o que el presidente de México permita que –en su nombre – oportunistas como Mario Delgado, Fernández Noroña y demás le den la postulación, pese a su falta de arraigo, los problemas legales y policíacos en que se ha envuelto su grupo y a que haya aspirantes mejor posicionados. 

Pero el costo puede ser altísimo, no solamente por la fuerte posibilidad de que Morena pierda la gubernatura que ganó en 2019 con Luis Miguel Barbosa Huerta, sino que –si AMLO impone o permita en su nombre impongan al candidato morenista en 2024- se colocaría a sí mismo en el mismo peldaño histórico del “innombrable”, Carlos Salinas de Gortari, uno de prianistas más odiados en el propio lopezobradorismo. 

En 1992 Carlos Salinas de Gortari impuso a Manuel Bartlett Díaz como candidato del PRI al gobierno de Puebla, para deshacerse de él, pese que el hoy titular de la CFE no tenía arraigo, posicionamiento y era desconocido por la clase política de Puebla. Pero eran tiempos en que el priato ganaba siempre, ya que la oposición carecía de fuerza para ganar el estado. 

Bartlett Díaz fue impuesto por el PRI, que “ganó” la elección con un candidato desconocido, tabasqueño, sin trabajo político ni arraigo en Puebla. Pero, en esas fechas, el tricolor nunca había perdido, siquiera, la capital del estado: https://desdepuebla.com/2022/05/17/nacho-mier-velasco-ahora-o-nunca/. 

VOLVER AL FUTURO, CAPÍTULO PUEBLA 

Pero, de 1992 a la fecha, el PRI casi desapareció, el PAN gobernó (bien o mal) Puebla en dos ocasiones seguidas y hoy lo hace en la capital y varias de las ciudades principales, como San Pedro y San Andrés Cholula, Cuautlancingo, etc: https://desdepuebla.com/2021/06/06/video-desde-puebla-claudia-rivera-fijara-un-posicionamiento-despues-de-que-el-prep-de-datos-oficiales/ 

Y una de las razones por las que el blanquiazul recuperó dichos municipios luego de apenas un trienio morenista fue, precisamente, la imposición y los procesos internos nada claros de Mario Delgado y Morena, que dejaron heridos por todos lados: https://desdepuebla.com/2021/05/27/video-desde-puebla-conato-de-bronca-en-la-visita-de-mario-delgado-reitero-apoyo-a-claudia-rivera/. 

Así que AMLO puede designar o permitir la imposición no solamente de Mier Velazco, sino de cualquier precandidato morenista en Puebla y el país. Pero, en el caso del estado, el riesgo de una derrota sería altísimo, ya que los propios grupos de Morena se encargarían de derrotar al ungido, además de que –si lo hace- el presidente se estaría poniendo a sí mismo en el mismo nivel de Carlos Salinas de Gortari con Manuel Bartlett Díaz. 

Y la Puebla y el México de 1992 no son- ni por mucho –los de 2022 o 2024, ¿o sí?.