Luis Miguel Barbosa Huerta, Alejandro Armenta, Ignacio Mier Velazco y
Claudia Rivera Vivanco lo saben: Si por Mario Delgado fuera, el próximo
candidato de Morena al gobierno de Puebla sería el coordinador de los
diputados federales morenistas.
Incluso, en lo que respecta al propio Mario Delgado, Mier Velazco se
convertiría en el siguiente titular del Ejecutivo estatal y las
elecciones concurrentes del 2024 serían un mero trámite. El problema es
que el sedicente dirigente nacional morenista NO tiene
injerencia alguna en Puebla y tampoco le puede ofrecer a su favorito
apoyo práctico alguno, porque el partido carece de estructura electoral y
política por culpa, precisamente, de su presidente nacional.
Es más: Mario Delgado ni siquiera votará en Puebla en el proceso del
2024, así que su apoyo a Mier Velazco sería del mismo tamaño y alcance
que el que le dio a Claudia Rivera Vivanco el año pasado; es decir,
mediático, discursivo, pero hueco, sin votos, ya
que el dirigente morenista es poco menos que un 0 a la izquierda.
Y esto también lo saben todos los actores políticos que podrían jugar un
papel trascendente en la sucesión gubernamental poblana, incluyendo al
mismo coordinador de los legisladores federales morenistas, que
seguramente es el primer consciente de que el respaldo
de Mario Delgado le serviría para maldita la cosa en las urnas, si se
convierte en candidato:
https://desdepuebla.com/2022/03/16/ignacio-mier-claudia-rivera-mario-delgado-y-sus-relaciones-peligrosas/.
DEDAZO PODRIDO
De cara a la contienda interna por la postulación de Morena a la candidatura de Puebla en el 2024, Mario Delgado es un
árbitro vendido y desacreditado, que puede torcer el proceso,
como hizo o dejó hacer en 2021, cuando permitió que la ex presidenta
municipal Claudia Rivera fuera postulada a la reelección, pese a sus
nulas posibilidades de ganar:
https://desdepuebla.com/2021/03/27/claudia-rivera-vivanco-candidata-oficial-de-morena-a-la-presidencia-municipal-de-puebla/.
Al final, luego de un proceso interno polarizante durante el cual la
dirigencia nacional morenista no se dedicó a conciliar ni a mediar, sino
a inventar pretextos para tratar de justificar su imposición de
candidatos, el partido de moda terminó
arrasado en las urnas y Mario Delgado obtuvo lo que se ganó a pulso; es decir, el repudio de la militancia poblana:
https://desdepuebla.com/2021/05/27/video-desde-puebla-conato-de-bronca-en-la-visita-de-mario-delgado-reitero-apoyo-a-claudia-rivera/.
En caso de seguir como presidente del partido en las elecciones
concurrentes del 2024, Mario Delgado puede ser útil para imponer
candidatos o dirigencias, regalar plurinominales e inventar “encuestas”,
como hizo en el 2021 a favor del mismo Ignacio Mier, al
que le obsequió 3 posiciones: Una curul federal, otra local –ambas de
representación proporcional – y la alcaldía de Tecamachalco.
Pero el dirigente nacional morenista, como le sucedió en el 2021, no
podrá convertir a su favorito en titular del Ejecutivo estatal, porque
no hay gubernaturas plurinominales, tampoco ha consolidado a Morena en
la entidad y carece de injerencia moral dentro
de la militancia del partido en Puebla y el país:
https://desdepuebla.com/2021/04/05/mario-delgado-y-olga-sanchez-cordero-principales-culpables-del-titanic-llamado-morena-puebla/.
Para la sucesión estatal del 2024 el dedo de Mario Delgado está podrido, putrefacto, inservible.
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