“Mejor no me ayuden, compadres”: AMLO
Un grave, gravísimo error cometieron José Juan Espinosa Torres, Fernando Manzanilla Prieto y Alejandro Armenta Mier este martes, al irrumpir en el hotel MM donde –según ellos –panistas realizaban el PREP que colocaba adelante a la candidata a la gubernatura de la alianza Por Puebla al Frente, Martha Erika Alonso Hidalgo, donde, de acuerdo a la versión de ellos 3, supuestamente se operó el “fraude electoral”.
Es un grave yerro, porque su irrupción generó un grave hecho de violencia que dejó varios heridos y hasta una persona acuchillada en la espalda, además de que lo que encontraron no fue una “cueva de mapaches” del PAN, sino la sede donde los representantes de casilla del PAN capturaban las actas que los funcionarios de las mesas de votación reparten a cada enviado partidista al terminar el proceso.
Quizás Fernando Manzanilla no lo sepa, ya que no ha sido dirigente partidista ni ocupado un cargo de elección popular, pero Alejandro Armenta y José Juan Espinosa sí lo han hecho y saben que el PREP terminó de actualizarse el lunes por la tarde y su oficina estaba al lado de la del Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEEP), donde –por cierto- había representantes de los partidos.
También saben –o deberían saber- que armar PREP falso desde el hotel MM, o cualquier otro, es técnicamente imposible, además de que el que se utilizó en la elección del domingo en Puebla lo hizo la empresa particular Proisi, que cobró 29 millones de pesos e hizo los de otras entidades: Campeche, Durango, Tamaulipas, Chiapas y Veracruz.
NO: A MADRAZOS NO SE GANAN ELECCIONES
Creer que en un hotel –donde puede entrar cualquiera – y con docenas de personas se puede armar un fraude electoral resulta bastante tonto, ingenuo o estúpido, como se le quiera considerar, ya que, si el PAN o cualquier partido quiere armar una “mapachera”, hay miles de oficinas, casas y edificios en zonas aisladas donde sería factible.
Fue un exceso, una grave falla la de 3 representantes populares electos (Armenta es senador, Manzanilla es legislador federal y José Juan es diputado local), porque el ataque al hotel MM y a los “casilleros” del PAN alimenta la percepción de que Morena es un partido violento, irascible, que se alía con la CNTE, cierra calles, toma oficinas y que es capaz de atacar a alguien con tal de ganar la gubernatura, en este caso de Puebla, incluso a madrazos.
Además, el ataque a dicho hotel fue totalmente innecesario, ya que hoy el presidente Enrique Peña Nieto se adelantó al INE en declarar ganador de la elección a Andrés Manuel López Obrador y lo recibió en una de sus oficinas, seguro que para facilitar la etapa de transición, dialogar y llegar a acuerdos, que no necesariamente deben o pueden ser negativos: http://desdepuebla.com/index.
Morena y su candidato a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta, seguramente recurrirán a los tribunales electorales del estado y el federal (TEPJF), para tratar de echar abajo la elección del domingo. Si tienen pruebas del presunto fraude que denuncian, que las presenten en dichas instancias, ya que la de mayor importancia, el tribunal electoral federal, no depende ni de Rafael Moreno Valle ni del gobernador Tony Gali: http://desdepuebla.com/index.
NO A LA VIOLENCIA: AMLO A SUS FELIGRESES
Ya como presidente electo, seguramente AMLO es –o debería ser- el primer interesado en que ni él ni su partido sean vinculados con hechos violentos, como los de hoy en el hotel MM, donde –para tranquilidad de Morena- llegaron policías federales, la Fepade y demás instancias nacionales a recibir sus denuncias.
Y la trifulca de hoy fue un grave yerro personal de dichas personas, porque los 3 tienen aspiraciones políticas: Alejandro Armenta puede ser el próximo candidato morenista al gobierno, José Juan Espinosa seguramente brincará a algún cargo antes de que concluya su gestión como diputado local, ya que así le hace siempre.
Y es entendible que Fernando Manzanilla sea el primer interesado en que Martha Erika Alonso no sea gobernador, debido a que los conflictos personajes que mantuvo con ella lo obligaron a renunciar a una curul local y a alejarse del morenovallismo. Pero hoy, bajo el manto protector de AMLO, su carrera política no tiene por qué limitarse a una diputación federal.
A ninguno de los 3, ni a Morena o AMLO les conviene que vuelva a reinar entre la ciudadanía la percepción de que son violentos o intolerantes, ¿o sí?
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