La popularidad de AMLO
Poco más del 5 por ciento de popularidad, lo que la pandemia y la ola de asesinato le han costado a la popularidad de AMLO…
En noviembre del 2018, cuando estaba a punto de iniciar su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador tenía una aprobación ciudadana del 62.6 por ciento, de acuerdo a Consulta Mitofsky, de Roy Campos.
Dos años después, pese a una crisis sanitaria que ha costado –al momento de escribir esta columna- 106 mil 765 muertos, además de los 69 mil 030 homicidios dolosos registrados durante el sexenio amlista, la popularidad de AMLO es del 57.5%, según la misma Consulta Mitofsky: https://desdepuebla.com/2020/
Estos datos deberían preocupar a los dirigentes y precandidatos del PRI, PAN y PRD, ya que pareciera que el presidente cuenta con una especie de blindaje social que, de mantenerse, les será muy útil a él y a la 4T en los comicios concurrentes del 2021, cuando la que debería ser su herramienta electoral, Morena y sus aliados, busquen mantener o incrementar su mayoría en la cámara federal de diputados, además de ganar estados y/o retener diversos ayuntamientos, incluyendo los más importantes de Puebla.
Los antiamlistas o “fifís”, como burlonamente les llama el propio AMLO, podrán ilusionarse enn un imaginario desplome de la popularidad presidencial, con el pobre argumento de que –también con datos de la empresa de Roy Campos- los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari (66.6 por ciento) y Felipe Calderón (61.3%) iniciaron su 3er año de administración con una aprobación más alta a la del actual titular del Ejecutivo federal.
AMLO: MEJOR QUE ERNESTO ZEDILLO, PEÑA NIETO Y VICENTE FOX, PERO DEBAJO DE CARLOS SALINAS Y FELIPE CALDERÓN
Y numéricamente tienen razón, pero Calderón Hinojosa y Salinas de Gortari nunca enfrentaron una pandemia como la del Covid19, que ha generado estragos y exhibido las históricas carencias en el sector Salud y, tampoco, tuvieron que gobernar un país devastado por una crisis de violencia e inseguridad generada durante las últimas dos décadas y que hoy se traduce en más de 60 asesinatos dolosos diarios.
Cierto también que en junio de este año la popularidad de AMLO descendió al nivel más bajo en lo que va de su gestión (47.5 por ciento), pero le bastó con repatriar al ex titular de Pemex, Emilio Lozoya, para recordarle a la gente la criminal corrupción cobijada en los gobiernos priístas y panistas y recuperar la mayoría de los puntos porcentuales de aprobación ciudadana perdidos: https://desdepuebla.com/
Tampoco las divisiones intestinas ni la falta de estructuras de Morena en la mayor parte del país parecen mermar –hasta ahora- las posibilidades de que la 4T se consolide en las elecciones concurrentes y federales del año entrante: https://desdepuebla.com/2020/
Así que, efectivamente, Marko Cortés, Alejandro Moreno, Dante Delgado y demás dirigentes o dueños de franquicias de los partidos opositores a lopezobradorismo y sus aliados, deberían estar muy angustiados y preocupados de la fortaleza demostrada –al momento – por la aprobación presidencial, ya que demuestra que la mayoría de los mexicanos sostiene su confianza en AMLO…pese a la pandemia, los asesinatos dolosos y la crisis económica.
LA PELIGROSA Y PREOCUPANTE INTOLERANCIA A LA CRÍTICA…DEL QUE CRITICÓ DURANTE 12 AÑOS
Independientemente de su actuación como presidente de México, nadie puede regatearle a Andrés Manuel López Obrador su papel como opositor y crítico al sistema político-económico impuesto por los gobiernos del PRI-PAN entre 2006 y 2018: https://desdepuebla.com/2020/
Un día sí y otro también AMLO se convirtió en némesis de Vicente Fox, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y, con ello, desarrolló una muy necesaria tarea de contrapeso del poder presidencial, que en México tiende a ser absoluto, como él mismo lo ha intentado – y a veces logrado ejercer- desde diciembre del 2018: https://desdepuebla.com/2020/
Como crítico y némesis del titular del Ejecutivo federal en turno, López Obrador no solamente consolidó sus propios liderazgo y candidatura, sino que también ayudó a que los gobiernos priístas, panistas y sus aliados, incluyendo la cúpula empresarial, no pudieran convertir a México en un país de verdades únicas, como trataron de hacerlo en múltiples ocasiones, sobre todo cuando promovieron sus llamadas “reformas estructurales” que – de manera automática- afectaron a las clases populares y el interés colectivo.
¿POR QUÉ LOS DIRIGENTES DE MORENA NO DEFIENDEN A AMLO Y LA 47?
Por lo mismo, es ilógico que hoy - ya como presidente de la República en el inicio de su tercer año de gobierno - AMLO dé muestras frecuentes de una peligrosa y preocupante intolerancia y cerrazón frente a la crítica y los cuestionamientos de sus adversarios políticos. Más que nadie, él tendría que asumir que todos los gobernantes son sujetos del escrutinio público, algo que es muy sano en un país democrático como el que deberíamos aspirar a construir.
Panistas, priístas, perredistas, jerarcas católicos, empresarios y periodistas que defienden intereses opuestos a la 4T quizás estén equivocados y, como dice el presidente, es muy probable que añoren los no tan alejados tiempos de corrupción y saqueo, que –como señala AMLO- les beneficiaron.
Pero en un México plural y democrático hasta personajes oscuros -como sin duda lo son Claudio X González, Ricardo Salinas Pliego, Emilio Azcárraga y demás- tienen derecho a criticar, cuestionar y externar su opinión, que debería ser rebatida y hasta exhibida no por el titular del gobierno federal o sus funcionarios, sino por Mario Delgado y demás dirigentes de Morena como defensores de la actual administración central: https://desdepuebla.com/2020/
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