Juventud, la cara más frecuente y temible de la violencia
No, el principal problema para México y Puebla no es que un “mirrey” de la Universidad Anáhuac haya agarrado a golpes a un guardia privado de seguridad en Lomas de Angelópolis, que luego se haya jactado y que –muy probablemente – quede absolutamente impune gracias a la protección de sus “papis”, a que la empresa en que trabaja la víctima mantenga un silencio cómplice y al entorno jurídico permisivo para menores de edad.
Incluso,
la preocupación más grande tampoco debería ser que una pandilla de
psicópatas, también con recursos y apoyo
familia (mal enfocado) de sobra hayan casi matado a un joven en la
Estrella de Puebla, solamente por el hecho de que la víctima defendió a
su compañera de las patanerías de dichos sociópatas:
https://desdepuebla.com/2023/
Lo
que realmente debería ocuparnos es el cada vez más demostrado hecho de
que en México –y Puebla – la cara más
frecuente y temible de la violencia es la juventud, el que menores de
edad, como Patricio, el mirrey de moda, se jacten de la “putiza” a un
trabajador que, económica, laboral y socialmente, está en absoluta
desventaja frente a él:
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También
es indignante y preocupante que Vima - empresa patrona de la víctima
del junior malcriado y bravucón- no
salga a denunciar ni a defender a su empleado y que, por el contrario,
se trata de un negocio de seguridad privada caracterizado por ciertos
escándalos y problemas, como el no pagar a sus trabajadores:
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JUVENTUD, FUERZA INÚTIL Y DESTRUCTORA
No,
el hecho de que algunos de los residentes jóvenes de Lomas de
Angelópolis y alumnos de
una costosa universidad privada sean inadaptados y delincuentes en
potencia NO es el más grave conflicto social, ya que la delincuencia
juvenil no se limita a “mirreyes”, como el exhibido en redes sociales el
martes por la noche o los hermanos que golpearon
a Ernesto Calderón:
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Porque,
lamentablemente, la delincuencia juvenil no se limita a juniors o
“mirreyes”, sino también a las clases
sociales vulnerables, desprotegidas, como lo demuestra el hecho de que,
según el INEGI, al cierre del año pasado había mil 311 adolescentes
privados de su libertad por diversos delitos:
https://www.inegi.org.mx/
Como sociedad, tendría que preocuparnos que el 20 de abril del 2021 la policía estatal detuvo a un menor –de clase
económica baja- por andar armado y 3 días después otro joven, que todavía no cumplía 18 años, fue atrapado con drogas:
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También
de acuerdo al INEGI, a finales del año pasado, 3413 personas se
encontraban en el Sistema Integral de Justicia
Penal para Adolescentes (SIJPA), aunque apenas el 30.2 por ciento
cumplía una penalidad de internamiento y el 56% la seguía de manera
externa. De ellos, el 45.9% sufrió algún tipo de violencia durante su
detención y el 32 por ciento de los internos se reportó
víctima de algún delito:
https://www.inegi.org.mx/
AUMENTA CANTIDAD DE DELITOS GRAVES COMETIDOS POR ADOLESCENTES
Es de terror el hecho de que, según el INEGI, basado en datos del SIJPA, entre 2017 y 22 aumentó de manera considerable
la detención de menores de edad acusados de delitos graves, violentos, como homicidio, violación y algunos tipos de robos:
https://desdepuebla.com/2023/
En 2017, del total de adolescentes vinculados a algún proceso penal, el 7.9 por ciento estaba relacionado con asesinato, mientras en 2022 ese porcentaje se elevó a 9.5%. Y peor es el panorama respecto a la violación sexual, porque en 2017 el 7.8 de los adolescentes cargaba ese delito, que el año pasado ascendió al ¡15.4 por ciento!.
Por portación ilegal de armas, el 1.9 por ciento de los vinculados en 2017 cayó en el SIJPA, pero, en 2022, dicho número creció hasta el 6.2%, que implica que cada vez tenemos a más adolescentes descontrolados y armados en las calles. El comercio ilegal de armas se incrementó de 3 a 4.8% y otros delitos con una preocupante tendencia creciente son posesión de armas, daño a la propiedad y robos a vehículo, en transporte público y transeúntes.
Así,
con jóvenes armados y algunos vinculados a las drogas en las calles de
México, no es de extrañarse que, mientras
en 2017 el 5.6 por ciento de los adolescentes detenidos se relacionaba
con el delito de robo a transeúnte, cinco años después ese porcentaje se
elevó ¡a más de doble, al 13.1%!:
https://desdepuebla.com/2020/
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