El anuncio de Andrés Manuel López Obrador, de sustituir las delegaciones federales por coordinaciones estatales, encendió el debate sobre el rumbo del país.

Y es que para algunos analistas y actores políticos, el virtual Presidente Electo está fortaleciendo el centralismo sobre el federalismo.

Lo que significa que podríamos regresar a los tiempos del presidencialismo a ultranza, donde el Jefe del Ejecutivo pasaba sobre todos.

En ellos no sólo están incluidos gobernadores, presidentes municipales, sino senadores, diputados federales y locales, gracias a la aplastante victoria de Morena y aliados el 1 de julio pasado.

Beatriz Paredes Rangel, quien será Senadora de la República, advierte de ello en su columna del pasado viernes en el periódico El Universal, donde se pronuncia por el Federalismo.

Dice la ex gobernadora de Tlaxcala que las posiciones centralistas las han asumido los conservadores y la derecha, mientras las federalistas los liberales y progresistas.

Por eso, sostiene, desconciertan algunos anuncios como las figuras de coordinadores del gobierno federal en cada estado de la República.

“Cuyas actividades no están claras para la opinión pública y sería deseable funcionalmente que no generen una dualidad de poder con los gobernadores…”.

Paredes Rangel tiene razón cuando asevera que “Los votos que llevaron al poder al Presidente Electo son tan legítimos, como los que llevaron al poder a gobernadores y alcaldes”.

Finalmente, la política y diplomática dice que por el bien del país, espera que no exista un nuevo proceso de centralización en México.

No es el único caso, en los últimos días otras voces han advertido sobre los rasgos autoritarios del próximo gobierno de México.

Y hay preocupación cuando observan que AMLO está asumiendo posiciones centralistas, anunciando decisiones que competen al Senado y Cámara de Diputados Federal.

Lo que nos lleva a preguntar ¿Eso esperaban los mexicanos cuando le dieron en las urnas una gran concentración de poder al nuevo Tlatoani Azteca?

Hay una pregunta más: ¿El artículo de Beatriz Paredes alude a Lorena Cuéllar, cuyos partidarios ya clama sed de venganza por la derrota pasada?

Que conste que son preguntas.

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