El reprobado gobernador Barbosa
El gobierno de Luis Miguel Barbosa hace las cosas mal y los poblanos lo saben.
Su administración está rebasada por los efectos de la pandemia de Covid-19.
Ha carecido de estrategias eficaces para contener los contagios de la enfermedad y proteger el aparato productivo.
Si en Puebla los negocios están cerrados, y los poblanos prefieren venir a Tlaxcala, es porque el gobierno del morenista está fallando.
Está mal la salud, está mal el manejo de la economía, y esta mal el ánimo social.
Ahora, Barbosa quiere descargar su frustración con Tlaxcala.
Dice que quiere evitar la movilidad comercial y turística hacia Tlaxcala, como si le hiciera un favor a sus paisanos.
Sutilmente, le quiere aventar la bolita a un gobierno que se ha mantenido en los primeros lugares a nivel nacional en la atención de la emergencia sanitaria.
Y es tan así que las medidas preventivas no han llegado al punto de afectar al extremo a los empresarios.
Lo sucedido en los últimos fines de semana en las principales plazas comerciales de la entidad, es decir, su saturación por el arribo masivo de ciudadanos poblanos para hacer compras de temporada, es reflejo de la pésima gestión de Barbosa, que ha carecido de sensibilidad e imaginación para enfrentar el escenario de crisis.
Mientras el gobernador de Tlaxcala es el quinto mejor evaluado en el ranking de atención a la pandemia, de acuerdo con la encuesta de México Elige, el de Puebla es el séptimo peor del país.
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