Es muy pronto para vislumbrar el futuro que tendrá la decisión de AMLO, de sustituir las delegaciones federales por coordinadores en los estados.

Sobre todo porque aún no se conoce el alcance jurídico que tendrán los  "súper delegados" en todas las entidades federativas.

Dice el virtual Presidente Electo que la medida tiene el propósito de adelgazar al gobierno federal y  ahorrar recursos, lo que no suena mal.

Lo que no cuadra es que en varios estados, incluido Tlaxcala, nombró como coordinadores a ex candidatos perdedores a la gubernatura.

Es aquí donde se avizora que los representantes federales van a fungir como contrapesos de los gobiernos opositores al régimen.

Una situación así no se había registrado en el estado, incluso en los tiempos de la alternancia, donde permeó el pacto federal.

Al gobierno perredista de Alfonso Sánchez Anaya, le tocó lidiar con un Presidente de la República priísta y  otro panista, Ernesto Zedillo y Vicente Fox.

Sin embargo, los delegados federales de entonces, nunca actuaron bajo consigna, ni de manera facciosa para debilitar al Ejecutivo Local.

A su vez, el gobierno panista de Héctor Ortiz Ortiz tuvo Presidentes de la República del mismo partido, Vicente Fox y Felipe Calderón.

Sin embargo, el ex rector de la UAT se equivocó al apoyar la precandidatura de Santiago Creel, lo que le trajo consecuencias.

Una de ellas, la más importante, que Héctor Ortiz no tuvo mano para nombrar a los delegados federales en Tlaxcala.

Aquí fue donde Adriana Dávila Fernández, en ese entonces diputada federal, impuso en esos cargos a sus cuadros, aunque luego muchos la traicionaron.

Sin embargo, pese al poder que alcanzó por su cercanía con el Presidente, los delegados federales de Adriana  jamás obstaculizaron al gobierno local.

Eso sí, desde que Calderón dejó a la apizquense hacer y deshacer en el estado, ya la tenía contemplada como sucesora de Héctor Ortiz en 2010.

Igual  pasa con la coordinadora estatal, Lorena Cuéllar Cisneros, a quien López Obrador ya la perfiló para la próxima sucesión gubernamental.

RÁFAGAS…

Ayer hubo cambios en el CEN del PRI, con la renuncia de René Juárez Cisneros luego de la debacle electoral del 1 de julio.

En su lugar, asumió la presidencia Claudia Ruiz Massieu, quien tendrán la difícil tarea de reconstruir a ese partido de las cenizas.

De entrada, el nombramiento fue visto como un movimiento de Carlos Salinas de Gortari, quien se apodera del PRI ante el debilitamiento de Enrique Peña Nieto.

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