La gira del adiós
En Tlaxcala quedó cierto que
la gira del adiós del presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene más que un
poco de nostalgia.
En los hechos, retrata a un
hombre que se aferra a dejar el poder, dejando claro que él puso a quien será
su sucesora.
Y Claudia Sheinbaum, no se
sabe hasta cuándo, siga permitiendo que López Obrador la exhiba ante sus
huestes como un títere de su creación.
La lealtad del pueblo de
Tlaxcala hacia López Obrador, en la década pasada, hay que admitirlo, no tiene
precedente alguno.
Es tan real como el hecho de
que Claudia Sheinbaum no tiene nada de arrastre en las tierras de Xicohténcatl.
En la interna de Morena, la
próxima presidenta de México quedó en tercer lugar, después de Marcelo Ebrard y
Gerardo Fernández Noroña.
Y en la elección del pasado
2 de junio, nadie sabe de dónde sacó los más de 500 mil votos, que según
obtuvo.
Cada vez queda más que claro
que se fraguó una elección de estado para arrollar a la oposición en los
comicios federales y estatales, salvo algunos casos.
Por eso López Obrador se ve
en la necesidad de placear a su "corcholata", para darle un respaldo
popular que no se palpa.
Pero también para que
Claudia se atienda quién tiene el respaldo del pueblo, por si acaso se revela a
sus dictados.
Lo que indica que todavía
tendremos a López Obrador un buen rato en la escena pública
victortamayo5@hotmail.com
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