Lorena ya tiene partido
Como balde de agua fría cayó en la dirigencia nacional de Morena, la rebeldía de Lorena Cuéllar Cisneros, quien ya tiene partido político para apuntar su candidatura a la gubernatura del estado.
El pasado viernes, la ex alcaldesa de Tlaxcala acudió a la conformación de la organización "Amigos por Tlaxcala", que busca convertirse en nuevo Partido Político local.
Lo anterior no tendría nada de novedoso, de no ser porque Lorena Cuéllar funge como funcionaria federal y la principal patrocinadora de esa organización partidista.
No solo eso, en su obsesión por suceder a Marco Mena en el Gobierno del Estado, la hasta hoy morenista está violando la ley de manera sistemática y pone en aprietos Presidente de la República.
Lo anterior porque Lorena Cuéllar se desempeña como súper delegada en Tlaxcala, en esa calidad está aprovechando su cargo y los apoyos federales, para sus aspiraciones políticas.
No es la primera vez que lo hace, en la contienda federal pasada en Puebla, respaldó con todo la candidatura de Luis Miguel Barbosa, distrayendo recursos humanos y materiales de la Secretaría del Bienestar.
El viernes, la coordinadora de programas federales en Tlaxcala fue captada en la asamblea de la agrupación Amigos por Tlaxcala, que busca convertirse en partido político, con registro estatal.
Todo esto durante su horario laboral, lo que constituye un evidente desvío de recursos, algo que nunca se hizo en gobiernos priístas, mucho menos en panistas.
Lo peor es que el grupo político que la respalda, lo encabeza la ex dirigente del sindicato 7 de mayo, Guadalupe Rodríguez Guzmán, acusada de desfalcos millonarios.
Ahí, para dar validez al evento, la coordinadora de programas federales se habría valido de empleados del gobierno federal, entre ellos los llamados servidores de la nación.
Por ese motivo, la presencia de la ex perredista y ex priista, es considerada como un abierto desvío de recursos públicos, además de un agravio al erario federal.
Faltará ver lo que digan al respecto, Andrés Manuel López Obrador y la dirigencia nacional de Morena, pues ese tipo de prácticas se creían superadas con la Cuarta Transformación.
Por lo pronto Lorena Cuéllar no solo le metió ruido a la sucesión gubernamental de 2021, sino que se rebeló a los dictados de AMLO y Morena.
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