Pueblo sin ley
La balacera que se registró ayer en Tenancingo, durante los festejos del Martes de Carnaval, pone en evidencia a un pueblo que se conduce, con algunas excepciones, al margen de la ley.
También, devela las mentiras de los gobiernos de los tres niveles -federales, estatales y municipal- quienes en las campañas prometen poner orden en ese municipio sureño de fama internacional.
Desde hace décadas, Tenancingo es conocido como la "capital mundial" de la trata de personas y lejos de disminuir, el flagelo ha contaminado a otros municipios del estado.
Queda claro que los lenones operan con total impunidad por la protección que gozan de las autoridades policiacas de los tres órdenes de gobierno.
Incluso, dejó de ser un secreto a voces que los padrotes financian las campañas políticas de los alcaldes, para que les permitan controlar al municipio a su antojo.
Por eso, durante los festejos de Carnaval y la fiesta patronal anual, recurren a todo tipo de excesos, convirtiendo las calles de la población en cantinas y batallas campales.
Dice la alcaldesa Micaela Guzmán que lamenta la balacera y que la tradición carnavalesca de "Los Toreros" se haya desvirtuado a través de los años.
Si ya sabía de los desmanes cada año y si el ayuntamiento recomendó no realizar ese festejo, entonces por qué no hubo presencia policiaca para garantizar la seguridad del público.
La respuesta es simple, porque los que gobiernan Tenancingo son los vándalos, no la presidenta municipal que fue impuesta por ellos.
La versión oficial, tanto municipal como estatal, en el sentido de que solo hubo una persona realizando disparos también contrasta con las evidencias.
Hay por lo menos dos videos, en dos momentos diferentes, que dan cuenta de ráfagas de armas de fuego, que de acuerdo a testigos presenciales fueron hechas por más de dos sujetos.
Y luego los comunicados oficiales hablan de la implementación de un operativo, en conjunto con la Guardia Nacional, pero reconocen que no hubo ningún detenido.
Por supuesto que no lo habrá, porque no hubo presencia policiaca pese a los antecedentes del Carnaval, donde sujetos armados pueden hacer de las suyas con total impunidad.
Lo que pasa en Tenancingo, el gobierno de la 4T no lo puede tomar a la ligera. ¿Se imaginan el escándalo que habría si esas balas hubieran tenido como objetivo a la multitud de personas reunidas?
victortamayo5@hotmail.com
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