Como lo ofreció el gobernador Marco Mena, la Plaza Bicentenario será rescatada, lo que representa una buena noticia para los tlaxcaltecas.

Este inmueble albergará el Consorcio Conacyt, de modo que tendrá un importante impacto en el desarrollo científico y tecnológico en la entidad.

Como ha sido evidente,  el inmueble estaba en desuso y destruido, debido a que presentaba vicios y hasta conflictos legales.

Todo comenzó cuando se construyó el edificio sin ningún beneficio real para los tlaxcalteca. Eran tiempos de bonanza del gobierno panista, donde se derrochó recursos en obras sin sentido.

Una de las edificaciones polémicas de entonces, lo constituye el Puente 2008, que conecta a Chiautempan con la capital del estado.

La obra debió ser al revés, para descongestionar el intenso tráfico carretero en la Vía Corta Puebla-Chiautempan.

Pero la necedad gubernamental se impuso y en la actualidad el Puente 2008 no tiene ninguna utilidad pública.

El otro “Elefante Blanco” se encuentra en la actualmente denominada Plaza del Bicentenario. La obra representó un inmenso derroche de recursos, no solo en la construcción del inmueble, que no se terminó.

Sino porque se tuvo que mudar la Escuela Manuel Lardizábal a las instalaciones de la SEP y construir otro edificio educativo, también mal planeado.

El problema vino enseguida porque terminó el sexenio panista y el gobierno de  Héctor Ortiz Ortiz cedió la Plaza del Bicentenario a la UAT.

El nuevo gobierno priísta de Mariano González Zarur, no aceptó el comodato y vino un pleito legal sin precedentes que nadie ganó.

Ahora, por fin el gobierno lo va a utilizar para algo de provecho, ya que pondrá esta infraestructura al servicio de los tlaxcaltecas.

Finalmente ésta que era una obra superflua, ahora permitirá apuntalar dos temas prioritarios: la educación y la generación de empleo.

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