Nos enteramos que el Partido Acción Nacional  en Tlaxcala, se está fragmentando a gran prisa como en su momento lo hizo el PRD.

Al grado que al momento ya tiene varias tribus, las que se disputan la dirigencia estatal que se renovará en diciembre próximo.

Incluso, la polarización al interior del PAN está provocando que varios liderazgos estén perdiendo fuerza y adeptos.

Como sucede con el otrora grupo compacto de Adolfo Escobar Jardínez, el cual se está desmoronando a gran prisa.

Del redil del ex alcalde de Tlaxcala se salieron el ex diputado federal Benjamín Ávila Márquez y el ex diputado local, Felipe Flores Pérez.

Ahora, los dos ex adolfistas respaldan a la fórmula de Gilberto Temoltzin y Miguel Ángel Polvo Real, a la dirigencia local.

Lo que significan que van contra la propuesta de Damián Mendoza Ordoñez,  el cual impulsa Adolfo Escobar.

Lo que le pega al grupo de Adriana Dávila Fernández, con quien ha venido manteniendo alianzas desde hace varios años.

También causa incertidumbre la indefinición de la diputada federal, pues aún no se sabe del todo si apoyará la causa de Juan Corral Mier o la de Ángelo Gutiérrez.

Escenario que sin lugar a dudas beneficia al grupo hegemónico que se encuentra en el poder, encabezado Carlos Carreón Mejía.

Aunque el diputado federal tampoco ha mostrado sus cartas, con el riesgo de que haya desbandada si no se cuida la unidad.

Lo peor de todo es que hay tres fuertes grupos al interior del PAN, pero hay muchas tribus pequeñas que le van a meter ruido al proceso interno.

De ahí el aumento de las las presiones para que el Consejo Estatal determine la fecha para la renovación del partido en Tlaxcala.

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