Arranca sucesión priísta
Es un hecho, que sin decir agua va, Ricardo García Portilla abrió la carrera sucesoria del PRI en Tlaxcala.
Ayer, aprovechó la difusión de un evento deportivo, para responsabilizar al gobernador Marco Mena, de los malos resultados electorales pasados.
Las declaraciones del ex diputado federal y secretario de Finanzas, cayeron como balde de agua fría en Palacio de Gobierno.
Aunque no es la primera vez que Portilla tiene diferendos con el actual mandatario, de hecho empezaron en la pasada contienda priísta por la gubernatura del estado.
Cuando el ex gobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur, alentó a sus dos principales cartas y los metió inevitablemente en la confrontación política.
Y cuando el CEN tricolor se decantó por Marco Mena, el ex mandatario impulsó a García Portilla como coordinador general de la campaña.
Fue un craso error, pues lo responsabilizaron de que la campaña del candidato de la mega alianza no despuntara, a pocas semanas de la jornada electoral.
Entonces tuvieron que traer refuerzos de fuera, como a la delegada especial Yolanda González. Y el propio González Zarur tomó las riendas de la campaña para hacerla triunfadora.
A eso se debe que luego de la victoria electoral, García Portilla y su equipo se quedarán sin nada, únicamente en la congeladora política.
Incluso, como el calpulalpense dice, ni siquiera fue tomado en cuenta en la pasada elección federal del pasado primero de julio.
Por eso ahora, está que trina contra el gobierno en turno, aunque más bien su radicalización busca reflectores para la sucesión gubernamental.
Sin embargo, tras la debacle electoral pasada, lo que menos conviene a los priistas es pelearse entre ellos, salvo que se quieran seguir hundiendo todavía más.
Ya perdieron el Congreso Local, los espacios en Senado de la República y la Cámara Federal y solo tienen de importante el Gobierno Estatal, pero no lo van a conservar con pleitos internos.
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