Entre togas y colores: el poder tlaxcalteca
En Tlaxcala, Morena consolidó su presencia en los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Este escenario refleja una concentración de poder que, más allá de la gobernabilidad, plantea preguntas sobre equilibrio, pluralidad y control institucional.
A nivel nacional, Morena también mantiene una posición dominante: la Presidencia, la mayoría en el Congreso y el peso en los estados confirman que el partido controla buena parte de la agenda política del país. En este contexto, Tlaxcala funciona como un microcosmos de lo que ocurre en el plano federal.
Recientemente, Gumaro Paredes Cuahquentzi celebró en El Carmen Aztama su nombramiento como magistrado federal del Tribunal Colegiado de Circuito número 28. La convocatoria fue inusual y ecléctica, reuniendo actores políticos de todos los colores: amarillos, naranjas, rojos, azules y guindas ,una verdadera mezcla de “verde, mole y rajas” que nunca se había visto en un mismo evento judicial. Además, la gente que colaboró en su triunfo disfrutó la celebración, sintiéndose reconocida y correspondida, lo que refuerza la dimensión social del acto.
Este fenómeno evidencia cómo el poder judicial no solo tiene impacto legal, sino también social y político, y cómo la proximidad al poder genera capital político y redes de influencia, incluso en cargos que deberían ser estrictamente técnicos.
La concentración de poder permite eficiencia en la toma de decisiones, pero también puede reducir la diversidad de voces y la supervisión crítica, elementos fundamentales para la transparencia y la confianza ciudadana. La celebración de Gumaro Paredes Cuahquentzi muestra que, incluso en escenarios judiciales, la política y la sociedad se entrelazan, recordándonos que el poder no se ejerce únicamente desde la toga, sino también desde la interacción con quienes participan y colaboran en su construcción.
Nancy Blancas
Punto y aparte
imperio893@gmail.com
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