Sin credibilidad

Sin credibilidad
Los nuevos diputados locales han perdido la guerra de la credibilidad.
A pocas semanas de rendir protesta y entrar en funciones dilapidaron las expectativas positivas que supuso el triunfo de la coalición “Juntos Haremos Historia”, integrada por Morena, el PT y el PES.
La percepción que existe de la actual legislatura es sumamente desfavorable. Sus miembros ganaron muy pronto la imagen de ambiciosos, soberbios y desunidos, por decir lo menos. Demostraron ser una réplica de los peores tiempos del Congreso local. 
La propia iniciativa privada advierte que hasta ahora no se ha visto un avance concreto respecto a la atención de las promesas de campaña del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Los temas de austeridad, como la reducción de salarios y la supresión de privilegios de los diputados locales, se han desdeñado.
Y eso lo percibe la ciudadanía y la iniciativa privada que observa con decepción que Morena, el PT y el PES no harán la diferencia, porque en sus legisladores no hay ni compromiso ni congruencia. Como lo aceptó el propio Joel Molina: los temas relacionados con el dinero son los que tienen prioridad en la mesa de los diputados. 
 
¿TRANSPARENCIA O PERSECUCIÓN?
Y ya que hablamos del Congreso, resulta que algunos diputados han abierto una cloaca que, hasta el momento, no se sabe si tienen el interés de limpiar. 
El presidente del Comité de Administración, Rafael Ortega, declaró que integrantes de la anterior legislatura no reportaron -por no decir que desaparecieron- al menos mil bienes muebles del Poder Legislativo. 
Se dice que, durante la realización de los trabajos de recomendación de Palacio Legislativo, a cargo de la empresa Urbaniacks, dichos muebles se retiraron, presuntamente, por obsoletos.
Sin embargo, todo este asunto, manejado de modo muy superficial, hace creer que el trasfondo es una especie de revancha política, más que un legítimo interés por transparentar el patrimonio del Legislativo estatal. 
Al momento no hay bases que indiquen que la realización del proceso de entrega-recepción se llevó a cabo en el estricto marco de la ley. La inexperiencia de los nuevos legisladores ha salido a flote al intentar cumplir con las formalidades básicas que implica el cambio de legislatura. 
Ojalá que la situación se aclare. La ciudadanía merece explicaciones alejadas de cualquier interés político. 
 
ORDEN EN LA CES Y LA USET
Como parte de los ajustes anunciados en julio por el Gobernador Marco Mena, ayer se designó a Pedro Gómez Celada como Director de Vialidad y Tránsito de la Comisión Estatal de la Seguridad (CES). 
Asimismo, designó a Carlos Tomás Rascón Payán como Director de Educación Básica, y Xóchitl Velázquez Gallegos, como Jefa del Departamento de Telesecundarias, en la Unidad de Servicios Educativos del Estado de Tlaxcala (USET). 
El mandatario estatal había anticipado que los cuadros de funcionarios en el Ejecutivo estatal se refrescarían para revitalizar el funcionamiento de las oficinas, pero también para retirar a quienes, por falta de compromiso con el gobierno y deslealtad con el ciudadano, lo ameritan. 
Sin duda, los ajustes en ambas dependencias obedecen a la necesidad de fortalecer sus estructuras y estrategias a favor de ambos sectores. Los nuevos funcionarios llegan con buenas credenciales, y se espera que, muy pronto, empiecen a dar resultados.