Trump...

Trump...

La llegada del Donald Trump a la todavía poderosa nación estadounidense, marca un antes y un después en su relación bilateral con México. Así mismo mueve el tablero geopolítico a nivel global.

Hábil comunicador de masas. Pese a estar señalado de infringir la ley penal de su país, ha logrado superar con creces esos señalamientos, y con todo asumió por segunda ocasión la silla más deseada del orden global.

Su discurso populista y forma tóxica de conducirse en el poder, lo han llevado a obtener una mayoría cómoda en el Senado y la Cámara de Representantes que le permitirán cumplir sus amagos sin necesidad de cabildear con la oposición, vaya similitud con lo que se está viviendo en nuestro país. Populismo y nula oposición son el pilar fundamental para endilgar sus políticas discriminatorias contra los países que el decida hacerlo y que, según él, les han robado la esperanza a los gringos.

Sus constantes amagos y bravuconadas en su política anti-migrante y su ideología supremacista de la raza blanca, no solo polariza a su país, sino también al orden mundial.

Ante este panorama, México ha sido sumergido en la incertidumbre en materia de inversiones, ya que, de cumplir su intento de fijar un arancel del 25% a la importación de productos elaborados en nuestro país, los empresarios optaran por irse. Es un asunto no menor. Y que debemos tomar con todas las precauciones debidas. Más que su leguaje desbocado para plantear las cosas. Cada discurso que arenga, no beneficia en nada a la estabilidad económica.

Los ojos de los mercados financieros y de las elites mundiales, están puestos en el discurso que hoy dará este gringo bravucón. Que tiene en vilo a todos.

De cumplir su promesa de llevar a cabo su política masiva de deportaciones de nuestros connacionales, México vivirá una encrucijada sin precedente, más allá del discurso que ha sostenido la presidenta Sheinbaum de defensa soberana. Los daños colaterales serían de un gran calado; el freno a las remesas a nuestro país, pegarían indudablemente en la economía familiar de millones de mexicanos.

Esta deportación masiva, abriría las puertas de nuestro país, para que millones de migrantes centroamericanos, caribeños y de otras latitudes pernotaran en nuestro país o incluso con miras de asentarse, y con ello todos los problemas que implicaría el hacinamiento que por ahora México no se encuentra preparado.

Sin duda, el análisis estará centrado en su política migratoria, la lucha contra el narcotráfico y los aranceles, además la postura que asumirá en la guerra  que libran Rusia y Ucrania o Israel y Palestina. Su intentona por apoderarse de territorios que solo un autócrata como él se atrevería hacerlo. Son temas complejos que tienen al derecho internacional en su momento más crítico, y donde los organismos multilaterales, llámese ONU, OEA O Unión Europea, parecen haber sido rebasados.