100 días de gobierno, eclipsada por el caudillo
Claudia Sheinbaum Pardo cumplió sus primeros 100 días de mandato, eclipsada por el caudillo de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador.
En el informe de ayer, en el zócalo de la Ciudad de México, se esperaba que la presidenta con "A" marcara, de una vez por todas, su sello personal de gobernar.
Pero en vez de ello, por enésima vez, Sheinbaum dedicó gran parte de su discurso a elogiar a López Obrador, a quien no deja de llamarlo "Presidente".
Y a enfatizar que la continuidad forma parte del segundo piso de la Cuarta Transformación, de ahí que no habrá viraje de timón.
No se esperaba otra cosa, pues desde que inició el sexenio, no se ha hecho otra cosa que complacer al ex presidente saliente.
Ahí está la aprobación de las reformas para la elección de ministros y jueces del Poder Judicial, y las que desaparecen organismos autónomos.
Y la ardua defensa que hizo ayer la presidenta Claudia Sheinbaum, sobre el Tren Maya, Dos Bocas Y Mexicana de Aviación.
En el ritual de la política mexicana, cuando un presidente deja el cargo, se hace a un lado para dejar que el nuevo mandatario (a) tome las riendas del poder.
En el presente sexenio no es así, lo que se vio cuando el Senado. de mayoría obradorista, le llevo las contras a la presidenta con "A", e impuso a la titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
A partir de ahí, quedó en evidencia quién manda y seguirá mandando en el país, desde su rancho de Palenque, Chiapas.
En el informe de los primeros 100 días, la presidenta Claudia Sheinbaum resaltó que la comisión de varios delitos van a baja como los homicidios.
Y dio algunos raspones a la oposición, asegurando que el modelo neoliberal jamás regresará a la presidencia de México, pues lo culpó de todos los males del país.
victortamayo5@hotmail.com
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