El día después

El día después

Tiene razón el gobernador Marco Antonio Mena en su llamado para evitar la división, después de las elecciones del 1 de julio.

 

“El proceso electoral no tiene que dividirnos, ni debe interrumpir nuestro avance porque, después de las elecciones, aquí seguiremos todos”, dijo.

 

El pronunciamiento tiene mucho significado político, pues se dio en el XXXVII Aniversario Luctuoso del ex gobernador Emilio Sánchez Piedras.

 

Y precisamente en esa ceremonia, concurrieron en un marco de civilidad personajes de varios colores políticos.

 

Ahí estuvo el gobernador Marco Mena (priísta), el alcalde Julio César Hernández Mejía (panista) y el candidato a diputado Reyes Ruiz Peña (petista).

 

No hay que dejar de lado que en otros tiempos no lejanos, ese evento sólo concentraba a la clase política del PRI.

 

Ahora, incluso la familia del que es considerado el mejor gobernador de Tlaxcala, se encuentra dividida en sus preferencias políticas.

 

Es el caso de Guadalupe Sánchez Santiago, quien ahora compite como candidata a diputada federal por la coalición PAN-PRD-MC.

 

Y todo ese mosaico pluripartidista convivió sin ningún problema en la ceremonia luctuosa que tuvo lugar en Apizaco.

 

De ahí el llamado del Gobernador, que tiene que ver con la confrontación que se vive en el proceso federal actual.

 

Sobre todo con la intolerancia que están mostrando las huestes de algunos candidatos, que ya tienen la espada desenvainada.

 

Marco Antonio Mena sabe lo que habla, pues el mismo escenario se registró en la elección para gobernador de 2016.

 

En ese proceso electoral arreció la guerra sucia entre partidarios de los candidatos, hubo amenazas e intimidaciones, pero al final nada pasó.

 

Hoy seguidores de Mena, de Lorena Cuéllar, de Adriana Dávila o Martha Palafox, hacen su vida normal sin ninguna venganza ni ánimos revanchistas.

 

¿Pasará lo mismo después del 1 de julio? Todo parece indicar que sí, pues el horno no está para bollos, aunque algunos clamen sangre.

RÁFAGAS...

A Minerva Hernández le dolió la respuesta que tuvo del dirigente estatal del PRI, Roberto Lima, quien evidenció que la candidata frentista inventó que el Ejecutivo, supuestamente, amenazó a alcaldes con no aprobar su cuenta pública si no apoyaban a los candidatos de la coalición “Todos por México”.

Le dolió tanto que ahora se aventuró a decir que familiares de Anabel Alvarado tienen una concesión para comerciar productos en el Zoológico del Altiplano, a través de un supuesto tráfico de influencias.

El señalamiento es tan  perverso, porque dicho permiso lo tiene desde hace cuatro años su papá, que es pensionado, y como él mismo lo señala, lo obtuvo tras realizar su solicitud ante la autoridad correspondiente. 

Por lo que tratándose de Minerva Hernández aquí  aplica el adagio que dice que el león cree que todos son de su condición.

victortamayo5@hotmail.com