Los demonios andan sueltos en el municipio de Amaxac de Guerrero que  gobierna el morenista Mauricio Pozos Castañón. 

Ya son varias homilías en las que el párroco de la iglesia de San Bernabé, Guillermo Sánchez de la Rosa, denuncia amenazas en su contra. 

El prelado del lugar no acusa directamente a nadie, pero deja entrever que éstas provienen de las autoridades municipales. 

Desde hace algunas semanas se ha agravado la relación entre el ayuntamiento de Amaxac de Guerrero y la iglesia católica. 

Todo, porque al presidente municipal de Morena, no le gustan las críticas que se hacen desde el púlpito en contra de su gestión. 

No es politiquería, en los apenas 14 meses que lleva al frente de la comuna, Mauricio Pozos Castañón ha incurrido en varios escándalos. 

El joven alcalde fue videograbado besuqueándose con su asesor de comunicación, en una de tantas francachelas que protagoniza en el Bambú. 

Aunque después alegó que esas imágenes eran producto de la inteligencia artificial, todos en el municipio dan cuenta de los excesos en su vida pública. 

No solo eso, el alcalde fue nota nacional el pasado 15 de septiembre, cuando ondeo la bandera nacional con el escudo boca abajo, en la ceremonia de El Grito. 

Pero lo que más indigna a la población, es la ingobernabilidad por el cambio constante de funcionarios del ayuntamiento que ha afectado la prestación de los servicios municipales y el pago a proveedores.

Las autoridades estatales deberían poner atención a lo que pasa en Amaxac de Guerrero, antes de que las cosas se salgan de control y vuelva a ser nota nacional.

Es cierto que al sacerdote del pueblo le encanta la parranda y a veces irrita a los feligreses por dejarlos sin misa a causa de ello. Pero de ninguna manera se justifican las amenazas que ha recibido, solo por decir lo piensa. 

Victortamayo5@hotmail.com