Las palabras se las lleva el viento

Las palabras se las lleva el viento

Todos esperamos que el gobierno de México en verdad conduzca con inteligencia, seriedad, y responsabilidad las estrategias para superar la crisis que se vive en todos los niveles y sectores por los efectos del Covid-19.

Los mexicanos exigen que lo anunciado por el Presidente de México durante su reciente informe de actividades se cumpla al pie de la letra; la verdad es que ya no quieren más atole con el dedo, es decir, engaños o falsas promesas.

El titular del poder ejecutivo se tardó en emitir un mensaje a la nación, por lo tanto, hubo y existe desinformación, críticas y señalamientos al respecto.

Al inicio de la pandemia no se notó la seriedad de un Presidente para hacer frente a uno de los virus más agresivos de las últimas décadas, la reacción fue hasta que conoció las cifras letales registradas en otros países, el cierre de comercios y de áreas de esparcimiento, así como las estadísticas al alza de contagios en varios estados del país.

La población está harta de mentiras, y el desencanto de haber votado por una nueva opción política comienza a registrar sus primeros efectos adversos, y es que resultados de sondeos sobre el trabajo que realiza el gobierno de López Obrador ante la presencia del coronavirus no son los más favorables, la buena posición de hasta hace tres meses comienza a tener su primer revés.

Los mexicanos quieren hechos y acciones bien definidas para hacer frente a las verdaderas consecuencias del Covid-19, esto apenas comienza, las palabras se las lleva el viento.

Sin lugar a dudas el coronavirus es una de las pruebas más difíciles que enfrenta el gobierno de López Obrador, si los resultados a las acciones que emprende son positivos se mantendrá en los cuernos de la luna, es decir en la preferencia y aceptación de los mexicanos, de lo contrario la caída será estrepitosa.

López Obrador nunca imaginó que una pandemia le cambiará la jugada a sus proyectos de gobierno, por lo tanto, está obligado a reconocer y rectificar el camino, aprovechar las fortalezas y oportunidades, de lo contrario  se enfrentará a retos más escabrosos.

Si López Obrador no deja a un lado la soberbia y de echar culpa de lo que sucede en su tiempo a otras administraciones y personajes debe prepararse para hacer frente a nuevas dificultades, entre ellas, división, enojos y renuncias al interior de su gabinete, así es que la tarea debe terminarse con calificación aprobatoria, si no es así, la población es la que tendrá la última palabra.

BOMBAZOS…

Nos enteremos que médicos, enfermeras, camilleros, trabajadores sociales, personal de limpieza y radiólogos de hospitales de Tlaxcala evitan tener contacto con enfermos o sospechosos del Covid-19 por temor a contagiarse y por consecuencia a sus familiares ¿sería interesante conocer la posición del secretario de salud al respecto?

ARTILLERÍA PESADA…

Dicen que la situación al interior de los hospitales públicos para atender a los pacientes contagiados por coronavirus no es como la pintan y como lo aseguran las autoridades del sector salud; la realidad es otra, no se aplica el protocolo que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS), los insumos médicos son insuficientes y los enfermos sin atención, ¿será cierto?... la verdad siempre sale a flote.

Hasta la próxima entrega de Frentes de Guerra.