Entre putas, brujas y aborteras…
¡Ni cómo ayudarles! En pleno siglo XXI, donde el constitucionalismo
mexicano ha dado un avance progresista y paradigmático, para asentar como
principio máximo la paridad de género en todo. En el poder Legislativo,
Judicial, Ejecutivo, Organismos Públicos Autónomos etcétera.
Una paridad de género transversal, horizontal y vertical en todo el
servicio público. En verdad que bien. Lo que resulta inconcebible con el nivel
de persuasión y debate legislativo que la legislatura federal de la paridad de
género, se dio en esta semana que terminó, y donde se discutía el paquete
económico que habrá de regir para este 2022.
¡Ni a quién irle! A las diputadas del Pan que en últimas fechas han
hecho de la tribuna un asunto de fomento a la discriminación tildando a los diputados
de Morena con adjetivos como; “narcos morenos, narcos satánicos, rémoras o
resentidos”.
O las diputadas de Morena, que en el mes que se festeja a los muertos.
Sacan a relucir sus dotes histriónicos, y así en plena a alusión al esoterismo,
la brujería o hechicería, se confrontan con sus pares.
Así las cosas, me recuerda las clases que suelo impartir sobre derecho
de género y diversidad sexual. Donde he sostenido la tesis de que el peor
enemigo de una mujer en estos tiempos de la paridad, es otra mujer. La sororidad
brilla por su ausencia.
O cómo justificar el nivel de discurso de odio y discriminación que dos
corrientes opuestas ideológicamente como son el Pan y Morena, lleguen a esos
niveles de confrontación entre los mismos géneros. Incluso los diputados
pidiendo mesura y acabar con ese nivel de discursos.
Quienes han leído la historia, recordarán que las brujas y hechiceras en
su esencia, eran curanderas que echaban mano del naturismo o de la herbolaria
para curar varios males allá por la edad media. Como todo en la vida es
dualidad, en este mundo mágico; se les estigmatizó y muchas de ellas fueron
enviadas a la hoguera por atentar contra el dogma religioso imperante en esa
fecha, eso mismo no sucedía con los varones que hacían las mismas actividades o
ritos, pues eran varones por lo tanto no son herejes.
Ojalá se cambie ese discurso de odio y discriminación que se fomenta
desde la máxima tribuna de este país, si es que queremos avanzar en la
consolidación de una verdadera democracia genérica, si no en verdad estamos
jodidos.
Pero las cosas no terminan. Una diputada del PRD, enojada con el bloque afín a Amlo, sostenía; Patriarca, macho, misógino, opresor, falócrata, sexista, homofóbico, todo eso significa este gobierno”. O la del Pri, que en su playera portaba la siguiente leyenda; “Refugios, campo, pobres y feminicidios, quimios”.
Parece que el discurso fino, tejido en la argumentación se acabó, y ahora
estamos en la rapacería de lo más bajo…
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